El papel clave de los logopedas en la Atención Intermedia
Los y las logopedas son profesionales sanitarios especializados en la comunicación, el habla, el lenguaje y la deglución, capacidades vitales en la vida de las personas. Por ello, desempeñan un papel fundamental en entornos de atención intermedia, trabajando con pacientes geriátricos, con enfermedades crónicas, o en recuperación de accidentes como el ictus.
En esta entrevista hablamos con Aroa Sánchez, logopeda del Hospital de Atención Intermedia (HAI) Mutuam Güell, que nos explica cómo es su día a día con estos pacientes, contribuyendo a que ganen en seguridad, autonomía y calidad de vida.
¿Nos puedes explicar en qué consiste tu trabajo en el HAI Mutuam Güell?
Mi tarea se centra sobre todo en la evaluación y educación sanitaria de patologías como la disfagia, la disartria y la afasia. Mis compañeras, médicos o enfermeras, me derivan pacientes, sobre todo si han tenido infecciones pulmonares, para que valore los riesgos que presentan, y dé pautas sobre cómo deben comer y beber, tanto al paciente como a la familia y al personal del centro.
¿Cuáles son los tipos de pacientes y las patologías que más te encuentras en el HAI?
El trastorno que más trato es la disfagia , la dificultad a la hora de tragar líquidos, sólidos o semisólidos. Ésta es muy común en personas mayores (las principales usuarias del HAI), sea por la debilidad de la musculatura, o por enfermedades crónicas como el Parkinson o el Alzheimer. Esto puede hacer que haya atragantamientos, o que el líquido vaya a los pulmones (broncoaspiración), y si trae restos de comida o bacterias de la boca, puede causar neumonía u otras infecciones respiratorias.
También trato a pacientes con afasia , que es una dificultad en el lenguaje oral, la lectura o la escritura, muy común en quien ha sufrido un ictus u otras lesiones neurológicas. Estas personas saben lo que quieren decir, pero no pueden contestar porque no les llegan bien las señales neurológicas. También puede ocurrir lo contrario: hablan mucho, pero lo que dicen no tiene sentido en el contexto.
Por último, también veo pacientes con disartria , una dificultad a la hora de pronunciar los sonidos, por una debilidad, parálisis o falta de coordinación muscular, que puede hacer que el habla sea poco claro o afecte al tono y la intensidad. La disartria es más común en enfermedades neurodegenerativas , como el Parkinson o la esclerosis múltiple.
¿Cómo es tu intervención en los casos de disfagia con personas mayores?
Primero, hago una evaluación para ver si el/la paciente puede tolerar los distintos tipos de líquidos y la consistencia de los sólidos. Según el resultado, se realiza una adaptación de la dieta . Por ejemplo, si existe riesgo de que los sólidos se traguen mal, hacemos una dieta más triturada. En el caso de los líquidos, si existe riesgo de broncoaspiración, prescribimos el uso de espesante, ajustando la cantidad necesaria. Es esencial que el nivel de espesor sea personalizado, ¡no todo el mundo necesita la misma texturización! Si nos quedamos cortos continuamos con riesgo, mientras que si pasamos, podemos hacer que el paciente beba menos de forma innecesaria.
Si la persona tiene problemas respiratorios y se cansa masticando, le pauto una dieta mixta: primero triturado, y después, si lo tolera, sólido. Masticar es importante para mantener la musculatura de la deglución y el habla y no perder función.
Y en el caso de pacientes que han sufrido un ictus, ¿cómo es el proceso?
Los primeros meses son clave para estos pacientes, y es cuando vemos las mayores mejoras, especialmente en la disfagia, que incluso puede desaparecer. Además de indicar modificaciones en la dieta y técnicas posturales para facilitar la deglución, también recomiendo ejercicios para mejorar la coordinación muscular y estimular los nervios implicados. He visto a pacientes que, después de pocas semanas, ya no necesitan las modificaciones iniciales. Cuando se les da el alta, les sugiero que continúen el tratamiento logopédico, y les explico cómo pedirlo a la sanidad pública, para seguir progresando, tanto en la deglución como en el lenguaje (la afasia).
¿Cuáles son los retos más importantes que encuentras en tu trabajo?
Lo difícil es tratar con pacientes y familias que no aceptan las modificaciones. Muchas veces no son conscientes de que tenían este problema, y las pautas pueden parecerles poco necesarias, sobre todo si el paciente no presenta tos, a pesar de tener otros signos de disfagia. Yo entiendo que las pautas no gusten, pero intento explicar sus beneficios y los riesgos de no seguirlas. Aún así, hay pacientes que deciden no hacer caso a las recomendaciones. Es frustrante porque sabes que puede tener consecuencias, pero debe respetarse su decisión.
¿Cuál crees que es la contribución más importante de los logopedas en un HAI?
En mi caso, dado que la disfagia es lo que más trato, mi contribución principal es evitar infecciones respiratorias repetidas que tienen un gran impacto en la salud de las personas. A menudo, los pacientes han tenido estas infecciones de forma recurrente sin saber la causa, antes de aplicar las pautas. También es muy motivador ver a pacientes que, después de un ictus, recuperan la capacidad de deglutir, con el efecto que esto tiene para su calidad de vida.
¿Crees que el trabajo de los logopedas con las personas mayores es suficientemente reconocido?
Es un trabajo todavía poco conocido, pero en el entorno sanitario se reconoce cada vez más. Sin embargo, creo que en general haría falta una mayor presencia de logopedas en las residencias geriátricas, porque no siempre se aplican las pautas correctamente y de forma personalizada para evitar riesgos.
Por otra parte, el trabajo de los logopedas en las residencias a menudo se centra sólo en la disfagia, mientras que el habla y la comunicación quedan en segundo plano. Muchas personas mayores pierden estas capacidades por problemas cognitivos, auditivos, o debilidad muscular, lo que puede llevar a un aislamiento, ya un deterioro general cada vez mayor. Por eso, se necesitan más actividades de estimulación, tanto cognitiva como práctica, y el trabajo logopédico aquí es esencial.
Como vemos, la figura de los logopedas en la atención intermedia y geriátrica es clave para la calidad de vida de las personas mayores y en recuperaciones, ayudándoles a volver al domicilio con menos riesgos de infecciones, mayor autonomía y calidad de vida.
Aroa Sánchez
Logopeda HAI Mutuam Güell
93 380 09 70