Estrategias de futuro para el abordaje de los trastornos mentales en las personas mayores

Febrer 6, 2023

El doctor Joan Vegué , médico psiquiatra y director del Plan Director de Salud Mental y Adicciones del Departamento de Salud , participó como ponente en la 17ª Jornada Sociosanitaria de la Fundación Mutuam Conviure . En su exposición, compartió con los profesionales del sector que asistieron las estrategias de futuro para el abordaje de los trastornos mentales en las personas mayores institucionalizadas.

Antes de tratar las estrategias de futuro para abordar los trastornos mentales de las personas mayores, debemos conocer en qué momento nos situamos en relación a la salud mental . A raíz de la pandemia, la salud mental se ha introducido en la agenda política por primera vez desde hacía muchos años y esto ha supuesto un incremento presupuestario . Ahora bien, hay que subrayar que, no sólo disponemos de más recursos, sino de la oportunidad de cambiar algunas cosas y encontrar nuevas formas de hacer.

Renovar la red de salud mental

Desde el Plan Director, consideramos que estas nuevas formas de hacer deberían ir encaminadas a realizar la red de salud mental más accesible, más proactiva, más resolutiva y más longitudinal en cuanto a los procesos de atención. Asimismo, debería potenciar el empoderamiento y la autonomía de las personas que presentan un trastorno mental. En base a ello, el modelo de atención que planteamos se fundamenta en cuatro pilares: el pleno despliegue de la atención comunitaria, la atención centrada en procesos y necesidades de la persona, el modelo escalonado de la atención y la atención basada en derechos, de acuerdo con lo que recomienda la OMS.

Así pues, ante todo, debemos tener claro que nos situamos ante un cambio de paradigma , según el cual debemos seguir avanzando hacia un modelo comunitario de salud mental. Aunque se trata de un modelo de consenso, todavía quedan pendientes de implementación algunos de los aspectos clave. Se centra en tres aspectos principales. El primero es la prevención y detección precoz de los trastornos mentales, puesto que esto mejora el pronóstico y el curso evolutivo de algunas de las patologías crónicas más prevalentes. El segundo, es la participación de las personas afectadas y, el tercero, el enfoque en la recuperación , hacia el fomento de las capacidades y la autonomía de las personas.

Atención escalonada y enfocada a procesos

Por lo que respecta al segundo pilar de este cambio de modelo, debemos tener en cuenta que actualmente disponemos de una red de salud mental excesivamente enfocada a las estructuras asistenciales ya su actividad. Ahora, toca ir avanzando mucho más hacia una atención enfocada a los procesos y resultados . Esto será un proceso de cambio progresivo y debemos poner énfasis en intervenciones con evidencia contrastada de su efectividad. Asimismo, cuando hablamos de atención escalonada , nos referimos al despliegue de un modelo que pueda asignar niveles asistenciales y procedimientos terapéuticos específicos en función de la gravedad clínica y de la complejidad psicosocial de las personas atendidas.

Atención a la salud mental basada en procesos
Atención a la salud mental basada en procesos

Sobre estas premisas, se han establecido las líneas de actuación prioritarias para 2022-2023. Entre las que ya se han desplegado en 2022, en el marco del Plan de Prevención del suicidio de Cataluña , se encuentra la puesta en marcha del teléfono 061 Salut Respon , como teléfono profesionalizado de atención al suicidio. También existen las estrategias para desarrollar e implementar intervenciones sobre la prevención del suicidio en los centros educativos , así como la elaboración de la Guía para el abordaje de la conducta suicida y de las autolesiones no suicidas en el centro educativo, en el ámbito de la atención infantojuvenil , población especialmente afectada psicológicamente por la pandemia. Además, existen los Equipos Guía de Atención a la Alta Complejidad en población joven, los Programas de Atención a la Crisis infantil y juvenil en Salud Mental y, en el área de la Primaria de Salud, el fortalecimiento de los Programas de Colaboración entre Salud Mental y Atención Primaria .

Asimismo, hemos empezado a desplegar procesos que ayuden a la reconversión de la larga estancia psiquiátrica a, a la mejora de la atención a los Trastornos de la Conducta Alimentaria , al fomento de las alternativas a la hospitalización ya la promoción de la participación en primera persona. De cara a 2023-2024, las líneas de desarrollo prioritarias están enfocadas a cuatro ejes: la humanización en salud mental, la mejora de la atención a los trastornos del espectro autista, la definición de los ámbitos de especialización y de terciarismo en salud mental y el ámbito de la salud mental y el envejecimiento.

Trastornos mentales en personas mayores

Hasta ahora, desde la red de salud mental y adicciones no nos hemos ocupado lo suficiente del segmento de población mayor y necesitamos trabajarlo junto con la Atención Intermedia. Lo que nos dice la OMS sobre salud mental y envejecimiento es que los trastornos depresivos y el deterioro cognitivo son los dos trastornos psiquiátricos más prevalentes en las personas mayores. Se calcula que en torno a un 15 por ciento de los adultos mayores de 60 años tienen problemas de salud mental.

Ante esta situación, la OMS hace algunas propuestas genéricas insistiendo en todos los elementos de promoción de la salud mental en las personas mayores. Así, considera que debe tenerse en cuenta la disponibilidad de los recursos necesarios para satisfacer sus necesidades básicas : vivienda adecuada, apoyo social, atención específica a grupos vulnerables, prevención del maltrato, entornos amigables, programas de desarrollo comunitario o capacitación del personal sanitario en la atención a la gente mayor, entre otros.

Radiografía de la atención a la salud mental

Respecto a la situación de la red de atención a la salud mental de la gente mayor, vale la pena señalar algunos datos. Por un lado, en los Centros de Salud Mental vemos que la prevalencia se mantiene constante en los últimos 10 años y la incidencia más bien ha disminuido . Esto es un dato que no nos gusta, porque sabemos que ha aumentado el ratio de personas mayores con problemas de salud mental. Por tanto, es necesario mejorar la atención desde estos centros. Aunque existe una parte de esta atención que se hace en el ámbito de la atención primaria, debemos tener presente que cada vez los trastornos son más heterogéneos y complejos. Por otro lado, como datos positivos, podemos destacar que han aumentado ligeramente los seguimientos, la media de años de seguimiento y también la atención a la complejidad .

Personas mayores de 65 años atendidas en los CSM.
Personas mayores de 65 años atendidas en los CSM.

Si nos fijamos en los diagnósticos, observamos que los más frecuentes son los trastornos afectivos y éstos son más prevalentes en las mujeres que en los hombres. En cuanto a la atención hospitalaria, vemos un ligero incremento de los ingresos respecto a 2011, pero hemos bajado algo respecto a 2016. Tenemos, además, una tendencia general a reducir la estancia media. Un dato relevante es que, de las altas por ingresos de mayores de 65 años en unidades de psiquiatría, casi un 42 por ciento se van a seguimiento domiciliario y un 16 por ciento a centros sociosanitarios.

Riesgo más alto de suicidio

En relación con los códigos de riesgo de suicidio, observamos que están aumentando. Respecto a la población general, existen un par de características diferenciales en la activación de éstos en personas mayores. Por un lado, existe un porcentaje superior al 50 por ciento que tiene que ver con riesgo alto de conducta suicida . Por otro lado, se asocia menos a la presencia de un trastorno mental previo . De hecho, en este segmento, el principal desencadenamiento son acontecimientos vitales estresantes.

Otro aspecto que quiero comentar de la situación actual es el del consumo de psicofármacos . Un 15,5 por ciento de la población general consume con criterios de cronicidad. El consumo de antidepresivos es del 22,4% entre la población de edad avanzada y esto aumenta en mujeres. Respecto a las benzodiacepinas, nos encontramos con tasas de consumo que nos parecen preocupantes: el 27% entre la población mayor de 65 años y en las mujeres alcanza el 33,9%. Así pues, podemos afirmar que tenemos una población sobremedicalizada y que esto se acentúa en las personas mayores.

Líneas de desarrollo

Ante todo esto, y siguiendo el camino que ya están recorriendo muchos países y las normativas de la OMS, nos planteamos cuatro líneas de desarrollo clave. La primera es la de promoción de una vida activa saludable , la lucha contra la estigmatización y el desarrollo de entornos amigables. La segunda, estrategias para disminuir la soledad no deseada , impacto importante en la aparición de problemas de salud mental en personas mayores. La tercera, la de la desmedicalización y el aumento de la atención psicológica . Y la cuarta, la del trabajo de atención integrada social y sanitaria y el refuerzo de todos los soportes adaptados a domicilio ya residencias.

En cuanto a la soledad no querida, un estudio de la Universidad Carlos III de 2021 ha realizado una comparativa entre la situación en España, Suecia y Portugal. Éste pone de manifiesto que en el estado una de cada cinco personas declara tener altos niveles de soledad y un 25 por ciento que se siente aislada socialmente. Esto son datos significativamente más elevados que los de los otros países estudiados.

El estudio propone como medidas favorecer la detección precoz, el trabajo comunitario y una atención social y sanitaria integrada con medidas específicas de apoyo a las personas cuidadoras. Otro estudio, del National Health Service del Reino Unido, ha demostrado que por cada libra invertida en lucha contra la soledad existe un ahorro potencial de tres libras en el sistema sanitario.

Más soporte, menos medicamentos

En cuanto a la desmedicalización, ya se han dado pasos, como la introducción de los referentes de bienestar emocional en la atención primaria . Además, debemos avanzar en cuestiones como la prescripción social y en mejorar la detección y la atención psicológica precoz. También es necesario potenciar herramientas como los grupos de duelo y el apoyo en la elaboración de las pérdidas, la terapia breve estratégica y el apoyo entre iguales.

Como hemos señalado, es muy importante reforzar las herramientas de atención a domicilio . Tenemos un sistema que tiende a llevar a las personas con problemas de salud mental hacia estructuras hospitalarias o residenciales. Otros países hace tiempo que han entendido que deben hacerse recursos adaptados a las necesidades de cada uno para que puedan seguir viviendo en su entorno habitual. Necesitamos un cambio de mentalidad.

Adaptarse a las necesidades

Si hasta ahora nos hemos basado mucho en la creación de estructuras, ahora necesitamos desarrollar mucho más los apoyos adaptados a las necesidades de las personas mayores y hacer detección precoz del deterioro cognitivo. Asimismo, debemos poder desarrollar más el uso de tecnologías y reducir la brecha digital para facilitar la conectividad con el entorno. En este sentido, necesitamos también desarrollar mucho más herramientas de teleasistencia y monitorización.

En definitiva, éstos son los retos que debemos perseguir desde la constatación de que la salud mental se ha ocupado hasta ahora poco de los problemas de salud mental de las personas mayores. Esto es una transformación que debemos llevar a cabo estos próximos años.

Joan Vegué

Director del Plan Director de Salud Mental y Adicciones

Departamento de Salud

Generalidad de Cataluña


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