Terapia ocupacional: la importancia de las actividades significativas para preservar la autonomía

Probablemente, la terapia ocupacional es el área profesional más desconocida de todas las que hacen que residencias y centros de día para personas mayores funcionen como es debido y den respuesta a las necesidades de las personas usuarias. Aunque su presencia está regulada en estos servicios para la tercera edad desde hace años, todavía es necesario hacer algo de pedagogía de cuáles son sus funciones y cómo nos ayuda al mantenimiento de la autonomía a medida que envejecemos. La función de los y las profesionales de la terapia ocupacional consiste, en general, en fomentar y potenciar que las personas sean autónomas en su vida , teniendo en cuenta el entorno en el que se encuentran en cada etapa. Es decir, adaptándose a que no es lo mismo tratar a una persona de 20 años que a una persona mayor que vive en una residencia. Así pues, trabajan en función de lo que cada individuo necesita y lo hacen a partir de actividades.
Autonomía, más allá de la supervivencia
Debe tenerse en cuenta que cuando hablamos de autonomía nos referimos a tres áreas. La primera es la de lo que llamamos las Actividades de la Vida Diaria (AVD), que son las actividades que responden a necesidades vitales, como lavarse, comer, vestirse... La segunda, serían las actividades instrumentales y están más relacionadas con cómo nos movemos en sociedad. Incluyen, por ejemplo, la gestión del dinero, desplazarse en transporte público o realizar la compra. La tercera área es la que se refiere a las actividades de la vida social y se trabaja sobre todo en ámbitos como el de las drogodependencias y la integración social de algunos colectivos. En el ámbito de las residencias y centros de día para personas mayores, los profesionales de la terapia ocupacional del Grupo Mutuam intentamos ofrecer propuestas que generen espacios de ocio y que a la vez sean terapéuticas. Un buen ejemplo sería el del ganchillo, que es una actividad que a algunas personas les sirve para entretenerse, pero al mismo tiempo permite trabajar la motricidad fina o la memoria, entre otras capacidades, tanto físicas como cognitivas y sociales. Así pues, a partir de las necesidades de la persona, diseñamos unas actividades que sean significativas para ella y que le ayuden a fomentar las áreas que fallen en ese momento.
Preservar las capacidades
En las residencias para la tercera edad, el objetivo no es fomentar tanto el aumento de la autonomía como mantenerla. Se debe tener en cuenta que todo lo que se pierda, en la mayoría de los casos, no se podrá recuperar. Por tanto, se debe intentar conservar al máximo . En este sentido, los y las terapeutas ocupacionales podemos contribuir a que, mediante los hábitos cotidianos, se ralentice el proceso de deterioro cognitivo de las personas. "Mientras puedas, hazlo tú" se convierte en un lema esencial, porque mientras el individuo siga haciendo las cosas por sí mismo, recordará cómo hacerlas y seguirá moviéndose. Conviene resaltar aquí que una actividad tan simple como vestirse implica un buen número de movimientos y, a nivel cognitivo, una secuenciación a recordar. Si se deja de hacer, estas capacidades se pierden y no se recuperan.
Hacer para no perder independencia
Sin embargo, todavía nos encontramos con que hay residentes y familias que consideran que, una vez la persona ingresa, el equipo profesional debe hacerlo todo, porque forma parte del servicio. Ante esto, es fundamental que les hagamos entender la importancia de que se hagan las cosas ellos mismos . De hecho, a todos nos cuesta concebir todo lo que podemos llegar a perder si dejamos de hacer las cosas. Asimismo, también hay familias que tienen muy claro lo que la persona puede hacer y nos informan de ella desde el inicio porque son muy conscientes de la importancia de que la persona no pierda estas capacidades. En el caso de la Residencia Mercado del Guinardó , gestionada por el Grupo Mutuam, desde Terapia Ocupacional, evaluamos a las personas cuando llegan y tomamos una fotografía de su autonomía . Esta información la traspasamos a las auxiliares, que son las que pasarán más tiempo, y ellas procuran, en la medida de lo posible, que hagan todo lo que puedan por sí mismas.
Pedagogía desde la realidad
En este sentido, los y las profesionales de la terapia ocupacional tenemos la tarea de explicar y concienciar a las auxiliares sobre la importancia de trabajar de una determinada manera en función de cada persona. Sin embargo, también debemos ser conscientes de que con la carga de trabajo que tienen esto no siempre es factible. En cada caso, también debemos ver qué es prioritario para la persona usuaria . Asimismo, las auxiliares también nos aportan a nosotros información valiosa que puede complementar o incluso modificar lo que nosotros hemos evaluado inicialmente. Otra función del o la terapeuta ocupacional es la recomendación de ayudas técnicas : sillas de ruedas, andadores, bastones... Primeramente, nos encargamos de valorar la función de cada una de acuerdo con la necesidad de cada persona y, después, de tramitar las ayudas públicas para su adquisición.
La ACP y la terapia ocupacional
Uno de los pilares del modelo asistencial del Grupo Mutuam es la Atención Centro en la Persona (ACP). Relacionado con esto, vale la pena decir que los y las terapeutas ocupacionales, por nuestra formación, tenemos claro que es esencial saber qué es lo significativo para la persona que atendemos. De hecho, si lo que diseñamos no es significativo para ella, no estará suficientemente motivada a trabajarlo. Por eso, la ACP es un modelo interesante para nosotros. Sin embargo, el hecho de que ya tengamos inculcada la idea de que es necesario un abordaje individual y de acuerdo con las necesidades de las personas no significa que sea fácil aplicarla a la realidad del mundo residencial. En los centros para personas mayores, cada ámbito profesional tiene una función concreta. En cambio, podríamos decir que los terapeutas ocupacionales somos una mezcla de todo, porque en una sola actividad podemos trabajar distintos ámbitos . Seguramente por eso trabajamos de forma coordinada con compañeros y compañeras de otras disciplinas. En la Residencia Mercado del Guinardó, funcionamos como un equipo multidisciplinar y, a la hora de plantear las actividades y abordar los hábitos cotidianos de las personas residentes, es habitual que los y las profesionales de la terapia ocupacional nos coordinemos con los profesionales de la fisioterapia, l educación social, la psicología y el trabajo social.
Capacidades físicas y cognitivas
Las actividades que el equipo técnico proponemos a los y las residentes del centro del Grupo Mutuam tienen como objetivo reforzar tanto la vertiente cognitiva como la física . Por lo que respecta a la primera, podemos trabajar la fluencia verbal y, por ejemplo, pedirles que nos digan todas las palabras que conocen con la letra 'p' o que llamen todo lo que podemos encontrar en una cocina. Sin embargo, si queremos trabajar el lenguaje automático podemos pedirles que completen frases hechas. Por lo que respecta a la segunda vertiente, a nivel motriz , trabajamos mucho en función de la patología o minusvalía que tenga la persona. Sin embargo, en una residencia, lo que más se suele necesitar es trabajar la motricidad general. Así, la motricidad fina podemos potenciarla con el ganchillo o pintando y la motricidad gruesa, con movimientos amplios de piernas y brazos.
Actividades adaptadas
Ofrecemos tanto actividades individuales como grupales y con enfoques muy distintos, en función de las características de colectivo. Por un lado, tenemos a las personas con demencia avanzada . Con ellas debemos tener en cuenta que es muy complicado trabajar en grupo porque la información no llega bien y tienen una capacidad de atención muy limitada. Por eso les planteamos actividades muy cortas y muy concisas . Por ejemplo, les enseñamos una lámina y les pedimos que señalen el color rojo que ven. Por otro lado, tenemos colectivos cognitivamente más preservados , a los que podemos plantear un gran abanico de actividades colectivas . Un ejemplo maravilloso de lo que hacemos con ellas serían las corales o coreografías en grupo. Por lo general, el recibimiento de las propuestas es bueno, porque si para ellas la actividad es significativa, tiene un propósito, les gusta mucho. Debemos tener en cuenta que, más allá de los propósitos terapéuticos, las personas usuarias necesitan entretenerse . Asimismo, vale la pena escuchar lo que ellas mismas nos proponen e intentar llevar a cabo lo factible. Anna Ordeig Terapeuta Ocupacional de la Residencia Mercado del Guinardó Grup Mutuam