Consejos prácticos para cuidar a personas mayores o dependientes en casa
Cuidar a personas mayores, con enfermedades avanzadas o en situación de dependencia en casa es una tarea compleja que requiere conocimientos y habilidades específicas. Afortunadamente, en los últimos años este papel ha ido adquiriendo visibilidad y reconocimiento. Un ejemplo es la Escuela de Cuidadores de la Fundación La Caixa , donde algunos de nuestros profesionales participan, que ofrece talleres con contenido técnico y soporte emocional para personas cuidadoras no profesionales.
Si estás en esta situación, queremos ayudarte con una serie de consejos prácticos de enfermería de la mano de Mireia, enfermera especializada en geriatría y cuidados paliativos de Mutuam. A partir de su experiencia como docente del taller de Confort físico en la Escuela de cuidadores, exploraremos los aspectos clave para garantizar un entorno seguro y cómodo para la persona que cuidamos, mejorando su bienestar y calidad de vida. ¡Toma nota!
1. Alimentación
La alimentación debe ser siempre individualizada , teniendo en cuenta el grado de autonomía de la persona, sus patologías, y naturalmente, sus preferencias. Hay que tener en cuenta:
- Siempre que se pueda, y si la persona lo quiere, será bueno que coma integrada con el resto de personas, sin centrar toda nuestra atención en ella. También es importante fomentar la autonomía haciendo que coman al mínimo ayuda.
- En personas con demencia o deterioro cognitivo , sin embargo, debemos tener en cuenta cómo se comporta durante la comida, ya en ocasiones se distraen con facilidad, o se pueden sentir abrumadas por los ruidos y estímulos. Cuando es así, la recomendación es que coman solas, en un ambiente tranquilo, y mejor sin televisión, para favorecer la concentración .
- Es necesario que coman bien incorporados, para evitar la broncoaspiración (que la comida pase a la vía respiratoria). Si se trata de una persona encamada, debemos poner la cama articulada a un ángulo de 90º. ¡Atención también a las butacas y sofás! Si la persona está reclinada o hundida, recomendamos pasar a una silla para comer.
- Atención a los signos de disfagia , cuando la persona presenta problemas para tragar. Los más comunes son: toser después de comer un sólido (ahogue), tener carraspera o cambios en la calidad de la voz después de beber agua, babeo, o que pasen mucho rato intentado tragar pequeñas cantidades de comida. Si la persona que cuidamos muestra alguna de estas señales, debemos dirigirnos al médico para comunicarlo y que nos recomiende el mejor tratamiento.
2. Higiene
- Es muy importante establecer una rutina , especialmente en personas mayores, fijando unos días a la semana en los que se duchará, con o sin ayuda según su grado de autonomía.
- Después la higiene debe quedar toda la piel bien seca , especialmente las zonas de los pliegues, como el área submamaria y abdominal, la ingle y zonas interdigitales. De lo contrario pueden aparecer hongos o lesiones, que ocasionen picor y dolor. Al terminar también es importante hidratarlas con cremas u aceites para evitar que la descamación.
3. Prevención de caídas
- Calzado adecuado: si la persona anda, es mejor evitar las zapatillas abiertas, ya que aunque son fáciles de poner, son muy inestables y favorecen las caídas.
- ¡Cuidado con las alfombras! Recomendamos evitarlas, así como vigilar que no haya cables por el suelo. Las personas mayores tienen tendencia a arrastrar más a los pies, y además su sensibilidad a los desniveles está disminuida.
- Especial atención en mover mobiliario. Las personas mayores o con deterioro cognitivo tienen más dificultad para adaptarse a los cambios, y puede que los primeros días sufran golpes o tropiezos.
- Soportes: sea bastón, andador, o muleta, es importante utilizarlos siempre, aunque sea por trayectos cortos. ¡Los soportes nos permiten una vida más autónoma!
Es muy importante que el hogar sea accesible y seguro evitando peligros. ¡En este artículo te hablamos más!
4. Medidas de prevención de lesiones en personas inmovilizadas
Cuando cuidamos a personas mayores o dependientes que permanecen mucho tiempo estiradas o sentadas, es muy esencial seguir una serie de medidas para evitar las úlceras y las escaras.
- Movilización: debemos velar por que la persona se levante y cambie de postura todo lo posible, por sí misma o con la ayuda que necesaria.
- En personas encamadas, los colchones de aire o colchones antiescaras son una gran ayuda, ya que reducen sustancialmente la fricción al alternar la presión de aire, previniendo así las lesiones en la piel. También tenemos los sobre colchones, que son menos efectivos pero más económicos. Un profesional de la ortopedia podrá aconsejarte sobre la mejor opción. Recuerda que el colchón de aire no sustituye la necesidad de hacer cambios posturales, y hay que prestar atención al enrojecimiento de la piel que no se marcha después y cambiar de posición .
- Las personas que pasan mucho tiempo sentadas también tienen riesgo de lesiones . De hecho, tienen más porque toda la presión recae en un mismo punto: la zona del sacro. Para estas podemos utilizar almohadas antiescaras de silicona para aliviarla. Es muy importante que sean de forma cuadrada , y no 'de donut' (éstos están contraindicados porque levantan las nalgas y así todavía baja más el sacro.)
- Hay que hidratar y proteger los puntos de presión o prominencias óseas: la región sacra, talones, codos y el occipital Para ello, además de las cremas o aceites hidratantes convencionales, tenemos los productos especiales con ácidos grasos hiperoxigenados (AGHO) . Éstos se usan en las residencias y en pacientes geriátricos, porque han demostrado ser muy efectivos por la prevención de escaras. Mejoran la hidratación y la renovación celular de la piel, la microcirculación y la resistencia capilar.
- Si la persona ya tiene algún tipo de lesión, recomendamos dirigirse a enfermería para que valoren el mejor cuidado y puedan realizar el seguimiento. Las lesiones pueden ser más complejas de lo que pensamos y hacerse mayores sin un cuidado adecuado.
5. Medicamentos
- Si tenemos una persona con deterioro cognitivo, será necesaria nuestra supervisión. Podemos facilitar la autonomía utilizando blísteres encargados a la farmacia donde se encuentra toda la medicación clasificada por días y momentos.
- Si la persona es más autónoma no será necesario, pero es muy importante asegurarnos de que ha entendido cómo debe tomar el tratamiento. Podemos realizar una anotación muy clara y visual que puedan tener a la vista y consultar cuando tengan dudas, especialmente al inicio de nuevos tratamientos.
6. Descanso y bienestar emocional
- Establecer una rutina de descanso es esencial. Ir a dormir siempre a la misma hora, y generar hábitos previos como lavarse los dientes y ponerse el pijama, ayudan a que el cerebro identifique el momento de descanso.
- Las personas con demencia, alzhéimer o deterioros cognitivos pueden sentirse agitadas por las sombras o la oscuridad absoluta. En estos casos podemos ayudarlas dejando alguna luz suave e indirecta que les ayude a quitarle el miedo.
- Si la persona tuviera alucinaciones , es importante no negarlas para evitar la confrontación, que puede empeorar la situación. Podemos acompañar y tranquilizar a la persona sin potenciarlas, diciendo cosas como que ya hemos sacado a la persona que ven de la habitación. Puedes aprender más sobre cómo potenciar el bienestar emocional de las personas mayores aquí .
Esperamos que estos consejos prácticos para cuidar a personas mayores, dependientes o con enfermedades avanzadas le ayuden a mejorar el bienestar de tu familiar o persona querida.
Recuerda que el cuidado de una persona dependiente es una tarea que puede producir un gran desgaste físico y psíquico. Si te sientes sobrecargado/a o crees que necesita una atención profesional, dirígete a nuestro servicio de orientación social al 93 380 09 70, donde podremos recomendarle diferentes soluciones adaptadas a sus necesidades.
Mireia Filip Ayala
Supervisora de Enfermería
Hospital de Atención Intermedia Mutuam Güell
93 380 09 70