Potenciando el bienestar emocional de las personas mayores con Anna Escolà
En los últimos 20 años, Anna Escola Fustero, ha dedicado su carrera como psicóloga al Grupo Mutuam, emergiendo como una figura destacada en psicología general sanitaria, psicooncología y neuropsicología. Con un estilo de aproximación adaptable y pragmático, Anna ha sido pionera como primera psicóloga del centro asistencial Mutuam Collserola, y posteriormente en el HAI Mutuam-Güell y en el EAPS Mutuam-Barcelona , (Equipos de Atención Psicosocial impulsados por la Fundación la Caixa, gestionados por Grup Mutuam) aportando su conocimiento a la unidad de cuidados paliativos y convalecencia de Mutuam Güell ya los PADES de Horta y Gràcia.
En el marco de tu trabajo con el Grupo Mutuam, ¿cómo abordas las necesidades de las personas mayores que viven solas desde el punto de vista psicológico y emocional?
En el EAPS trabajamos con personas con enfermedades oncológicas, y con enfermedades crónicas complejas y avanzadas, que se encuentran en situación de fin de vida.
El acompañamiento que ofrecemos está centrado en detectar las necesidades de cada persona, respetando su autonomía en la toma de decisiones, para que puedan realizar un cierre de vida y tener una buena muerte.
Este acompañamiento es distinto cuando la persona sufre una enfermedad neurodegenerativa, o tiene afectadas sus capacidades cognitivas. En estos casos, la intervención psicológica va más dirigida a la familia.
''Al final, uno acaba muriendo como ha vivido''
¿Qué consejos ofrecerías a las personas mayores que viven solas para evitar la soledad y mantener un equilibrio emocional saludable?
La clave está en identificar qué tipo de soledad experimentan. Puede ser social (se han quedado sin entorno), emocional (están acompañados, pero se sienten solos) o existencial (han perdido el sentido de la vida) y es en esta última donde entra nuestra figura.
''La vida es una carrera de duelos, empezando por las etapas vitales, de la infancia a la adolescencia y terminando por nuestro entorno''
Recomiendo participar en programas comunitarios, actividades locales y mantener conexiones con el entorno. También es importante explorar nuevas pasiones y aficiones que les den sentido y alegría.
''Es importante tener objetivos y pequeños proyectos para mantener la motivación y el sentido de la vida''.
Hablando de las familias con personas mayores a cargo, ¿cómo pueden mejorar los cuidadores la salud mental de este colectivo?
Para los cuidadores familiares pedir ayuda es fundamental, no pueden hacerlo solos. Activar recursos comunitarios como centros de día o asociaciones y establecer una red de apoyo con otros familiares o amigos puede aliviar la carga. Es esencial mantener la comunicación y no tener miedo a buscar ayuda profesional.
Los profesionales que trabajamos en este ámbito nos cuidamos mucho. Hace muchos años que voy a la psicóloga para evitar discursos proyectivos y no poner en el otro lo nuestro así como tener los límites bien definidos. Para mí también es importante hacer deporte, conectar con la naturaleza, meditar (mi favorita es la zentangle), hacer manualidades, que me gustan mucho, e intentar conectarme hacia la vida y la alegría. Al final, vas encontrando el equilibrio y la forma de acompañar sin entrar demasiado dentro. La supervisión y la formación continua son herramientas esenciales para cuidadores, proporcionándoles apoyo en su importante trabajo. Por último, quisiera comentar que, desde hace muchos años, hacemos supervisión con una psicóloga externa que nos ayuda muchísimo.
''Cómo trabajamos con algo intangible, muchas veces, somos invisibles por el sistema''
¿Qué riesgos y signos de alarma deberían ser tenidos en cuenta en lo que se refiere a la salud emocional y física de las personas mayores que viven solas?
Desde el punto de vista psicológico, un signo de alarma es la retirada social, que puede indicar un deterioro cognitivo. Es necesario estar alerta a estos cambios y buscar apoyo profesional. También es esencial mantenerse físicamente activo para prevenir problemas de salud. Hay un programa llamado ''radares'' que intenta identificar a estas personas que de repente desaparecen. Debemos tener en cuenta que hay muchas personas mayores que viven solas, sea porque quieren o porque no tienen a nadie.
¿Cómo mejorar la comunicación con las personas mayores y comprender mejor sus necesidades emocionales?
La clave es preguntar y escuchar con empatía. Evitar infantilizarlos y establecer una conexión genuina. No dar por sentado que sabemos lo que necesitan, sino darles el espacio para expresarse. La comunicación efectiva requiere tiempo y paciencia.
Por último, ¿qué consejos generales ofrecerías a los familiares y cuidadores para mejorar la calidad de vida y el bienestar emocional de las personas mayores?
Mantener relaciones significativas, conectar con fuentes de sentido y responsables de la salud a través de hábitos saludables. Planificar anticipadamente el futuro y buscar recursos comunitarios y profesionales cuando sea necesario. Lo más importante es que la persona pueda decidir cómo quiere vivir, lo que implica tener estos espacios de reflexión. En algún momento todos iremos así que lo mejor es hacerlo de una manera consciente y dentro de nuestra escala de valores, decidir cómo queremos que sea ese final de vida.
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