En el cuidado integral de las personas mayores, el servicio de psicología de las residencias de personas mayores desempeña un papel fundamental. Los y las profesionales que lo integran cuidan, no sólo del bienestar emocional de los y las residentes, sino también de apoyar a las familias. Ya sea para contener emocionalmente o para ayudar en la gestión de los cambios y los duelos, el equipo de psicología es un componente clave de la atención sanitaria. Ana M. Rubio y Fernanda Farnós, psicólogas del Centro Asistencial Mutuam la Creueta y de la Residencia Vila-seca , respectivamente, nos explican cómo trabaja una psicóloga en el ámbito residencial.
¿Qué hacen los profesionales de la psicología en las residencias?
En un entorno residencial para personas mayores, el servicio de psicología desempeña un papel crucial. El objetivo principal es, inicialmente, acompañar a las personas en el proceso de adaptación . También presta actividades de estimulación cognitiva para mantener sus capacidades de atención, concentración y memoria. Pero lo que más valoran los residentes es la psicoterapia individualizada . «Sentirse escuchados y comprendidos, charlar sobre sus inquietudes y darles la importancia que ellos consideran» dice Fernanda.
Desde el servicio de psicología, se valora de la forma más completa posible a la persona, conociendo sus capacidades, necesidades, deseos, etc. “Se trata de encontrar la forma de mantener lo máximo posible estas capacidades y de ayudarlas a seguir con su proyecto vital», explica Ana M. Rubio.
Acompañamiento antes y durante
Tanto durante el proceso de ingreso en una residencia como durante la estancia, las personas mayores que acceden a ella necesitan asistencia. Es necesario un acompañamiento emocional constante y una observación permanente de la persona que permita al servicio de psicología adelantarse y adaptarse a sus necesidades.
Ana comparte un caso especial de una paciente sociosanitaria que, por diferentes motivos, no podía regresar al domicilio y requería un ingreso en la residencia. Se realizó un acompañamiento para poder trabajar la aceptación del ingreso de carácter definitivo. “Gracias a este apoyo, se adaptó con facilidad y disfrutó desde el primer momento de los compañeros y actividades del centro. Se mostró muy sociable, participativa y con una importante necesidad de compartir su historia vital. A pesar de carecer de estudios, siempre mostró inquietudes artísticas, como costurera, escritora y pintora.
Uno de sus recuerdos más especiales fue una exposición de pintura que ya hizo de adulta gracias a La Caixa. No pudimos conseguir los originales, pero sí que tenía varias fotografías. Así, las ampliamos y colgamos en el pasillo para montar una «exposición» en la que mostró y explicó sus obras a sus compañeros. Su cuadro favorito sigue colgado en la sala”.
¿Cómo se adapta la psicología a las necesidades de las personas mayores?
«La adaptación de las estrategias y los enfoques va en función de la persona y, sobre todo, de su historia de vida», apunta Fernanda. Y es que, como también señala Ana, “cada persona es diferente y, por eso, nos adaptamos a las necesidades de la persona y de su familia” . Y no sólo eso, sino que nos acomodamos también a los cambios que se van sucediendo . Todos cambiamos y nos readaptamos constantemente”.
La gran cantidad de residentes con deterioro cognitivo lleva al servicio de psicología a buscar y utilizar estrategias y aproximaciones diferentes casi a diario. Porque «lo que hoy ha funcionado para hacer contención emocional y calmar el estado de un paciente con ansiedad es posible que mañana no funcione». Por este motivo, adaptarse es la única forma de ofrecer la asistencia individual y de calidad que se busca dar.
La importancia del modelo ACP en el enfoque psicológico
El modelo de atención centrada en la persona busca armonizar la organización con las preferencias y deseos de las personas mayores. Esto supone un trabajo de información e investigación profundas para conocer lo que desea, interesa o necesita a cada residente para encontrarse bien.
En este sentido, el personal de la psicología es crucial en el proceso de cambio para hacerles sentir, literalmente, como en casa. Esto se logra, por un lado, dejando que traigan muebles, cuadros o detalles que tenían en su domicilio para poder sentirse más cercanos con su mobiliario. Y por otra, llevando a cabo actividades dirigidas por la psicóloga o educadora social que les acerquen a lo que hacían anteriormente . Nos referimos a talleres de cocina, talleres de jardinería, salidas por el pueblo, en el mercado municipal, etc.
Como señala Ana, “debemos ser lo más flexibles posible, y estar dispuestos a aprender de cada persona que conocemos. Y practicar las actitudes básicas de un terapeuta, como proponía Carl Rogers: autenticidad, aceptación incondicional y empatía, pilares básicos de la ACP.”
Atención psicológica también para las familias
Tanto el proceso de ingreso de un familiar como su deterioro cognitivo, en los casos en que se da, son procesos emocionalmente desafiantes por las familias. Para ayudar a transitar esta situación, el equipo de psicología les ofrece distintas herramientas.
Por un lado, existen los grupos de ayuda mutua (GAM). En estos grupos, los profesionales se reúnen con familias que necesitan expresar y compartir sus sentimientos hacia el ingreso de su familiar. Se trabajan emociones como el sentimiento de culpa y se enseña a enfrentar los cambios que sufren las personas con demencia. Los más frecuentes son las alteraciones conductuales, la desconexión y el no reconocimiento de las personas. Estos grupos ofrecen también acompañamiento a las familias en el proceso de duelo cuando su familiar se va. Aquí, reciben apoyo tanto profesional como de las familias que han vivido o viven situaciones similares, y participan en él hasta que lo consideran necesario.
Por otra parte, también se ofrece apoyo familiar en el proceso de adaptación al centro y durante su estancia en momentos críticos. En ocasiones, las familias necesitan ayuda a la hora de comunicar, por ejemplo, malas noticias a un familiar con demencia, como la muerte de un hijo.
La comunicación entre el servicio de psicología y familiares es constante y frecuente. En los casos de personas que manifiestan mayores alteraciones, el seguimiento es aún más exhaustivo.
Prevención y mantenimiento
“El cerebro comienza a envejecer pronto. Por eso, la mejor prevención comienza mucho antes”, señala Fernanda. Desde los centros lo que se lleva a cabo es una tarea de mantenimiento para conservar la actividad , tanto física como psíquica. Esto se logra con sesiones de psicomotricidad y con actividades como la lectura del periódico, que les ayuda a mantenerse informados de todo lo relevante en su zona. También se llevan a cabo actividades de estimulación cognitiva en las que se trabajan diferentes funciones ejecutivas, memoria de trabajo, memoria de evocación, atención, concentración y cálculo. Otra herramienta que se utiliza es la terapia de orientación a la realidad (TOR).
El objetivo, como indica Ana es “paliar lo máximo posible el avance de la enfermedad neurodegenerativa o el aumento del deterioro cognitivo asociado a la edad (AMAE)”. Se realiza estimulación cognitiva individual y grupal en función del estado, interés y necesidades cognitivas de cada persona.
La prevención también tiene otra dimensión que tiene que ver con los cambios . En concreto, evitar a los innecesarios para ahorrar un futuro malestar a la persona o, por el contrario, llevar a cabo otros para fomentar su bienestar emocional. Por ejemplo: cambiar a una persona de mesa para que pueda socializar más, adaptar alguna actividad para preservar su autonomía son acciones preventivas muy útiles.
El servicio de psicología, un pilar en la atención sanitaria
Fernanda tiene claro que los servicios de psicología en entornos residenciales son imprescindibles. “Hasta hace unos años no se les había dado la importancia que merecen, pero las personas mayores tienen, a menudo, unas historias de vida complejas, y necesitan gestionar las emociones que arrastran. La mayor parte de los residentes nunca ha ido ni ha tenido contacto con ningún servicio de psicología, a pesar de haber vivido muchos momentos traumáticos. En el caso de la gente mayor actual, hablamos de la guerra y la posguerra, pérdidas, duelos no superados, el hecho de no haber podido ir a la escuela…. Por eso, la figura del/de la psicólogo/a en el entorno residencial va mucho más allá de realizar valoraciones para saber el estado cognitivo y determinar en qué grado de deterioro se encuentra cada paciente”.
Y es que el trabajo de los equipos de psicología tiene dos dimensiones distintas. La primera consiste en desarrollar actividades ocupacionales donde se trabajan las áreas que los pacientes presentan mayores dificultades. Y la segunda, y muy valorada por los residentes, es la psicoterapia individual, porque es un momento que tiene cada uno para hablar de lo que le preocupa.
En resumen, como dice Ana, » la psicología en entorno residencial es una herramienta clave para promover el bienestar físico, emocional y cognitivo de los residentes en conjunción con el resto del equipo interdisciplinario y las familias».
Ana María Rubio Martínez
Psicóloga en el Centro Asistencial Mutuam la Creueta
Fernanda Farnós Piñol
Psicóloga en la Residencia y sociosanitario de Vila-seca
93 380 09 70