Potenciando el bienestar emocional de las personas mayores con Anna Escolà

Anna escolà

En los últimos 20 años, Anna Escola Fustero, ha dedicado su carrera como psicóloga al Grupo Mutuam, emergiendo como una figura destacada en psicología general sanitaria, psicooncología y neuropsicología. Con un estilo de aproximación adaptable y pragmático, Anna ha sido pionera como primera psicóloga del centro asistencial Mutuam Collserola, y posteriormente en el HAI Mutuam-Güell y en el EAPS Mutuam-Barcelona , (Equipos de Atención Psicosocial impulsados por la Fundación la Caixa, gestionados por Grup Mutuam) aportando su conocimiento a la unidad de cuidados paliativos y convalecencia de Mutuam Güell ya los PADES de Horta y Gràcia.

En el marco de tu trabajo con el Grupo Mutuam, ¿cómo abordas las necesidades de las personas mayores que viven solas desde el punto de vista psicológico y emocional?

En el EAPS trabajamos con personas con enfermedades oncológicas, y con enfermedades crónicas complejas y avanzadas, que se encuentran en situación de fin de vida.

El acompañamiento que ofrecemos está centrado en detectar las necesidades de cada persona, respetando su autonomía en la toma de decisiones, para que puedan realizar un cierre de vida y tener una buena muerte.

Este acompañamiento es distinto cuando la persona sufre una enfermedad neurodegenerativa, o tiene afectadas sus capacidades cognitivas. En estos casos, la intervención psicológica va más dirigida a la familia.

''Al final, uno acaba muriendo como ha vivido''

Bienestar emocional ancianos

¿Qué consejos ofrecerías a las personas mayores que viven solas para evitar la soledad y mantener un equilibrio emocional saludable?

La clave está en identificar qué tipo de soledad experimentan. Puede ser social (se han quedado sin entorno), emocional (están acompañados, pero se sienten solos) o existencial (han perdido el sentido de la vida) y es en esta última donde entra nuestra figura.

''La vida es una carrera de duelos, empezando por las etapas vitales, de la infancia a la adolescencia y terminando por nuestro entorno''

Recomiendo participar en programas comunitarios, actividades locales y mantener conexiones con el entorno. También es importante explorar nuevas pasiones y aficiones que les den sentido y alegría.

''Es importante tener objetivos y pequeños proyectos para mantener la motivación y el sentido de la vida''.

Hablando de las familias con personas mayores a cargo, ¿cómo pueden mejorar los cuidadores la salud mental de este colectivo?

Para los cuidadores familiares pedir ayuda es fundamental, no pueden hacerlo solos. Activar recursos comunitarios como centros de día o asociaciones y establecer una red de apoyo con otros familiares o amigos puede aliviar la carga. Es esencial mantener la comunicación y no tener miedo a buscar ayuda profesional.

Los profesionales que trabajamos en este ámbito nos cuidamos mucho. Hace muchos años que voy a la psicóloga para evitar discursos proyectivos y no poner en el otro lo nuestro así como tener los límites bien definidos. Para mí también es importante hacer deporte, conectar con la naturaleza, meditar (mi favorita es la zentangle), hacer manualidades, que me gustan mucho, e intentar conectarme hacia la vida y la alegría. Al final, vas encontrando el equilibrio y la forma de acompañar sin entrar demasiado dentro. La supervisión y la formación continua son herramientas esenciales para cuidadores, proporcionándoles apoyo en su importante trabajo. Por último, quisiera comentar que, desde hace muchos años, hacemos supervisión con una psicóloga externa que nos ayuda muchísimo.

''Cómo trabajamos con algo intangible, muchas veces, somos invisibles por el sistema''

¿Qué riesgos y signos de alarma deberían ser tenidos en cuenta en lo que se refiere a la salud emocional y física de las personas mayores que viven solas?

Desde el punto de vista psicológico, un signo de alarma es la retirada social, que puede indicar un deterioro cognitivo. Es necesario estar alerta a estos cambios y buscar apoyo profesional. También es esencial mantenerse físicamente activo para prevenir problemas de salud. Hay un programa llamado ''radares'' que intenta identificar a estas personas que de repente desaparecen. Debemos tener en cuenta que hay muchas personas mayores que viven solas, sea porque quieren o porque no tienen a nadie.

¿Cómo mejorar la comunicación con las personas mayores y comprender mejor sus necesidades emocionales?

La clave es preguntar y escuchar con empatía. Evitar infantilizarlos y establecer una conexión genuina. No dar por sentado que sabemos lo que necesitan, sino darles el espacio para expresarse. La comunicación efectiva requiere tiempo y paciencia.

Por último, ¿qué consejos generales ofrecerías a los familiares y cuidadores para mejorar la calidad de vida y el bienestar emocional de las personas mayores?

Mantener relaciones significativas, conectar con fuentes de sentido y responsables de la salud a través de hábitos saludables. Planificar anticipadamente el futuro y buscar recursos comunitarios y profesionales cuando sea necesario. Lo más importante es que la persona pueda decidir cómo quiere vivir, lo que implica tener estos espacios de reflexión. En algún momento todos iremos así que lo mejor es hacerlo de una manera consciente y dentro de nuestra escala de valores, decidir cómo queremos que sea ese final de vida.

Consejos Esenciales para una Óptima Conservación de la Medicación en Casa

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Cuando se trata de nuestra salud, la correcta conservación de la medicación en casa es cuestión crítica. Desde la eficacia hasta la seguridad de los medicamentos, la forma en que los almacenamos en casa puede tener un impacto significativo en el tratamiento y en nuestro bienestar general. Por eso, es esencial comprender y seguir un conjunto de consejos prácticos para asegurarnos de que nuestra medicación se mantenga en las mejores condiciones posibles. A continuación, se detallan de forma exhaustiva algunos de los aspectos más importantes a tener en cuenta en relación a la conservación de la medicación en casa:

1. Lugar de almacenamiento adecuado: Un ambiente óptimo para la medicación

Mantener los medicamentos en un sitio fresco y seco es fundamental. Los cambios de temperatura y la humedad pueden alterar la composición de los medicamentos, afectando a su eficacia. Un armario o cajón cerrado, lejos de fuentes de calor como radiadores o estufas, es ideal. Evite también exponerlos a la luz solar directa, ya que esto puede descomponerlos.

2. Conservación de los envases originales: Mantener la identidad de los medicamentos

Es importante mantener los medicamentos en sus envases originales con las etiquetas legibles. Esto facilita la correcta identificación de los medicamentos y asegura un control adecuado de su caducidad. Trasvasar los medicamentos a otros recipientes puede provocar confusiones y fallos de dosificación.

3. Control de la temperatura: Un aspecto crítico a tener en cuenta

Algunos medicamentos necesitan ser conservados a una temperatura específica para mantener su estabilidad. Asegúrese de seguir las instrucciones de los medicamentos que lo requieran. Por lo general, la mayoría de los medicamentos se conservan mejor a temperatura ambiente, pero en casos especiales puede ser necesario guardarlos en la nevera.

4. Fuera del alcance de los niños y las mascotas: Seguridad en primer lugar

Es imprescindible mantener los medicamentos fuera del alcance de niños y mascotas. Utilice cierres de seguridad si es necesario y asegúrese de que estén en lugares fuera de su alcance y visión. Esto evita accidentes no deseados y mantiene la seguridad de todos los miembros del hogar.

5. Comprobación regular de la fecha de caducidad: Vigilancia constante

Es recomendable revisar regularmente la fecha de caducidad de los medicamentos y retirar aquéllos que estén vencidos o ya no sean necesarios. La utilización de medicamentos caducados puede resultar peligrosa y no garantizará los resultados esperados.

6. Consulta con el farmacéutico: Orientación profesional

En caso de duda sobre cómo almacenar un medicamento específico, siempre es aconsejable consultar con el farmacéutico. Los profesionales de la farmacia pueden proporcionar orientación específica basada en la naturaleza de cada medicamento y sus necesidades de conservación.

7. Evitar espacios no aconsejados: Como el baño o el lavabo

Es crucial evitar almacenar medicamentos en espacios como el baño o el aseo, ya que la humedad y los cambios de temperatura pueden afectar negativamente a su estabilidad. Mantenerlos en un lugar seco y fresco es clave para garantizar su eficacia.

Siguiendo estos consejos prácticos, podrá asegurarse de que su medicación se mantiene en las mejores condiciones posibles en su casa, garantizando su eficacia y seguridad. La adecuada conservación de la medicación es un paso esencial en el camino hacia una gestión eficaz de la salud y el bienestar.

Mitos alimenticios: Un llamamiento a la racionalidad en la era de la salud obsesiva

Mites alimentaris

Desde épocas ancestrales, el ser humano ha estado fascinado por lo exótico y desconocido. Esta atracción instintiva ha traído más problemas que ventajas, especialmente en el ámbito de la alimentación. A lo largo de la historia, los alimentos han sido mitificados y denigrados de forma cíclica, con ingredientes que pasan de ser estrellas a miembros del bando oscuro en un cerrar y abrir de ojos. Este cambio frecuente plantea la pregunta ineludible: ¿ qué es verdad y qué es mentira cuando hablamos de alimentación saludable? ¿Cómo detectar los mitos alimenticios más relevantes?

La atracción de los seres humanos hacia lo exótico y desconocido

Según el catedrático de Nutrición y Bromatología y Profesor emérito de la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Alimentación de la Universidad de Barcelona, Abel Mariné i Font En torno a la alimentación siempre ha habido errores y falsedades originadas por varios factores, entre ellos, la atracción de los seres humanos hacia lo exótico y desconocido. Un ejemplo claro es la quinoa, un pseudocereal andino que ha cautivado el interés de la población mientras que al mismo tiempo olvidamos productos locales con propiedades similares, como por ejemplo el trigo sarraceno.

La paradoja reside en la preferencia por lo exótico sobre lo próximo.

La creciente preocupación por la salud

La actual generación está marcada por ''la obsesión de mantener un estilo de vida saludable'', conduciendo a la proliferación de mitos alimenticios. El profesor Mariné destaca la desconfianza hacia las recomendaciones "oficiales", que lleva a la adopción de propuestas alternativas radicales y originales. Muchas de estas dietas "nuevas" prometen beneficios, pero la autoridad de Mariné advierte que no todo lo original es bueno y no todo lo bueno es original.

Tener criterio: la clave para la alimentación saludable

Como en todos los ámbitos de la vida, el criterio es una de las herramientas más poderosas para determinar lo que es lo mejor para nosotros y nuestro entorno. Cuando hablamos de alimentación saludable, tener criterio científico es clave para entender lo que leemos y vemos. El profesor Mariné subraya la necesidad de tener en cuenta la variabilidad entre las personas y la ausencia de supervisión profesional en los estudios científicos. Hay que tomar con precaución las conclusiones, evitando generalizaciones extremas.

La alimentación desde una visión 360º

Para evaluar el impacto de un alimento en la calidad de vida, es crucial considerar factores como la dosis y frecuencia de consumo. Mariné destaca que pequeñas indulgencias puntuales pueden tener beneficios psicológicos superiores a la privación.

El equilibrio y moderación son claves para una alimentación saludable.

Mitos alimenticios relevantes

Algunos de los mitos alimenticios más destacados, según el profesor Mariné, incluyen:

1. Alimentos Ultraprocesados: No existe consenso sobre la definición precisa y los límites de estos alimentos. Pese a su procesamiento, no son necesariamente perjudiciales en dosis moderadas.

2. Leche Desnatada: El miedo al colesterol ha conducido a la preferencia de la leche desnatada, aunque la proporción de grasa en la leche entera es moderada y no es comparada con otras fuentes de grasa como por ejemplo el queso.

3. Azúcar Moreno: La percepción de que el azúcar moreno es más saludable es falsa, en términos de salud, es equivalente al azúcar blanco. Reducir el consumo de azúcar, independientemente del tipo, resulta beneficioso.

4. Alimentos Ecológicos: La tendencia a considerar a los alimentos ecológicos como superiores no siempre se basa en diferencias nutricionales significativas. Pese a reducir el uso de agroquímicos, los productos ecológicos también contienen aditivos.

5. Agua Purificada: El agua de Barcelona es segura a pesar de tener un ligero sabor a cloro. La purificación es necesaria en zonas urbanas y el uso moderado de cloro no implica problemas de salud.

Conclusión

En el ámbito de la alimentación, la verdad se ve eclipsada por mitos que influyen en las decisiones alimentarias. Es esencial la dosis, frecuencia, variedad, criterio científico, no ser demasiado rígidos y mantener una perspectiva equilibrada. Mitigar la tendencia hacia soluciones radicales y originales en favor del equilibrio y moderación puede conducir a una alimentación más saludable y realista.

Demencia y aspectos legales: protegiendo el futuro de tu entorno

La demencia es una realidad compleja y difícil que muchas familias enfrentan en la actualidad. Aparte de los desafíos emocionales y de atención que comporta, también plantea cuestiones legales cruciales. Para arrojar algo de luz sobre este tema vital, hemos hablado con Alejandro Vila, abogado que colabora con la Asociación de Familiares de personas con Alzheimer y otras Demencias de Barcelona. En esta conversación, exploramos en profundidad los aspectos legales que las personas con familiares con demencia deben considerar. Desde los poderes legales hasta la importancia del diálogo y la comprensión en el seno familiar.

Una nueva normativa para desafíos legales comunes

Cuando se trata de demencia, las familias suelen enfrentarse a una serie de dudas y problemas legales recurrentes. Según Vila, informarse sobre los poderes es la primera pregunta que surge, lo que refleja la preocupación común por la planificación legal.

En este sentido es crucial entender que, con la nueva normativa ya no existen términos como «incapacidad» o «capacidad de obrar». Ahora, todas las personas, independientemente de su estado cognitivo, poseen igual capacidad jurídica. En palabras de Vila, «la diferencia radical es que ya no existe la incapacidad de obrar, se tenga o no demencia». Esto, refleja el enfoque inclusivo y respetuoso de la nueva normativa legal. Desde el año 2021 «la presunción de incapacidad ha desaparecido,» lo que representa un cambio tan significativo en la forma en que se aborda la demencia.

Para evitar problemas y facilitar las cosas a la familia en el futuro, es fundamental contar con una documentación notarial adecuada. «El objetivo de la ley es primar la voluntad de las personas,» como señala Vila. Este enfoque destaca la importancia de permitir que los individuos conserven su autonomía y tomen decisiones informadas.

Así pues, una vez que nuestro familiar ha sido diagnosticado con demencia, es crucial tomar medidas legales preventivas para proteger sus intereses en el futuro. Por eso, el primer paso es obtener una evaluación clara de la enfermedad . Esto permitirá a la familia entender que documentos legales son necesarios para enfrentar la progresión de la enfermedad. «Tener un diagnóstico preciso y una evaluación clara y concisa de la enfermedad» es fundamental para valorar qué documentos es necesario obtener.

En este sentido, los poderes legales preventivos desempeñan un papel crucial en la protección de los intereses de la persona con demencia. Asimismo, se recomienda la elaboración de documentos notariales en el ámbito personal, asistencial y médico para permitir la gestión y toma de decisiones.

Diferencia entre los distintos documentos y figuras legales

Dentro de este contexto, comprender la diferencia entre los distintos documentos legales, como el poder preventivo, el asistente legal y el testamento vital, es crucial para tomar decisiones informadas. Como explica Vila, cada uno de estos instrumentos legales tiene su propio ámbito de aplicación y efectos específicos.

Así, los poderes preventivos se centran en cuestiones económicas y patrimoniales . Por su parte, el asistente legal con funciones de representación en el ámbito personal y/o en el patrimonial es una medida de apoyo que permite cubrir la voluntad de la persona por medio de otra persona que la representa. Por último, el testamento vital es el documento por el que se establecen fundamentalmente las instrucciones previas en el ámbito sanitario y hospitalario. Estas se dan bajo unas determinadas situaciones relativas a proseguir prolongando o no la vida, incluso la prestación de ayuda a morir.

La gestión de las finanzas

A medida que la demencia progresa, la gestión de las finanzas de un familiar puede volverse cada vez más desafiante. En estas circunstancias, dotarse de poderes preventivos con la extensión, límites y controles adecuados puede garantizar un control y supervisión efectivos de las finanzas. Cuando la persona con demencia ya no puede expresar su voluntad, hay que iniciar medidas de apoyo judiciales para proteger sus intereses financieros y legales .

Además de los poderes legales preventivos, la designación de un asistente legal puede ser fundamental para garantizar una adecuada toma de decisiones en el futuro. El papel del asistente legal con facultades representativas es esencial cuando la persona con demencia ya no puede tomar decisiones por sí misma.

La importancia del diálogo familiar

Para las familias que se enfrentan a la tarea de designar a un tutor legal para un familiar con demencia, el abogado enfatiza la importancia del diálogo y la comunicación en el seno familiar. Como dice Vila, «hoy en día no sólo hay que ser preventivo en cuanto al diagnóstico, sino en cuanto a lo que se va a necesitar en el futuro, y debemos dotarnos de documentos para prolongar la voluntad. Para conseguir esto, es clave que haya una comunicación abierta, un conocimiento de la enfermedad y mucha comprensión con el familiar afectado”.

Evitando errores comunes

En términos de evitar errores comunes, el abogado señala que «las familias cometen pocos errores porque se informan mucho. Estamos ante una sociedad inclusiva que conoce esta enfermedad. Por consiguiente, las personas activan los protocolos de medias de apoyo lo antes posible posible».

Lo que sí sucede, según el experto, es que, “a menudo, las familias se anticipan a los eventos. En este sentido, se comprometen jurídicamente con terceras personas y realizan operaciones, sobre todo de carácter inmobiliario, sin tener en cuenta que la toma de decisiones del familiar puede ser más compleja que la de las personas que no sufren ningún deterioro”.

Recursos legales y de soporte disponibles

Para las familias que enfrentan desafíos relacionados con la demencia, existen una serie de recursos legales y de soporte disponibles. El abogado destaca que las medidas de apoyo heterocompositivas, junto a recursos como la Ley de Dependencia y las pensiones remuneratorias de invalidez, pueden proporcionar un apoyo vital en momentos de necesidad. Señala que estos recursos están diseñados para garantizar la protección de los derechos y la dignidad de las personas con demencia y sus familias.

En resumen, la demencia presenta una serie de desafíos legales complejos que requieren una comprensión profunda y una esmerada planificación. A través de la implementación de poderes legales preventivos y de la mano de una comunicación abierta, es posible garantizar la protección de los derechos y la dignidad de las personas con demencia. La anticipación y preparación son esenciales para crear un entorno legal seguro y protegido para aquellos que enfrentan la demencia y sus efectos.

La fisioterapia para personas mayores: consejos y hábitos para una vida saludable

fisioterapia gent gran

A medida que envejecemos, mantener una vida activa y saludable se convierte en un objetivo esencial. Durante la tercera edad la movilidad y la salud cobran un significado especial, porque de ellas depende, en gran medida, nuestra autonomía.

Alejandra Rodríguez, fisioterapeuta del Centro Residencial Mutuam Manresa, nos da algunas pautas y consejos para evitar el sedentarismo y disfrutar de una vida activa a medida que envejecemos. Lo importante, según sus más de 14 años experiencia: mantener la actitud y la motivación para sentirse y verse físicamente saludable.

Los beneficios de la fisioterapia para personas mayores

El beneficio más destacable (e imprescindible) para este colectivo es, sin duda alguna, la preservación de la autonomía y la promoción del movimiento. Mejorar la autonomía diaria permite que las personas sigan realizando acciones esenciales, como peinarse, vestirse y conservar su independencia en actividades básicas y fundamentales. Además ayuda a reducir el dolor muscular y articular, a mantener y aumentar la fuerza muscular ya mejorar el equilibrio y la coordinación para prevenir caídas.

La fisioterapia desempeña un papel crucial en la recuperación de la funcionalidad y la autonomía en la vida diaria. Después de una lesión o enfermedad, ayuda a restaurar la funcionalidad perdida, permitiendo a las personas mantener su independencia. Asimismo, es una herramienta muy útil para personas que cuidan de familiares dependientes, puesto que les proporciona formación para una buena higiene postural.

Lesiones y condiciones de salud comunes en personas mayores

En las personas mayores, el dolor es un problema recurrente, muchas veces causado por malos movimientos, posturas prolongadas, sedentarismo o patologías preexistentes. Entre las lesiones y condiciones de salud más comunes se encuentran la lumbalgia, el dolor de espalda, los problemas articulares y el dolor por artrosis. También es frecuente la rehabilitación de postoperatorios después de un reemplazo articular de cadera o de rodilla.

Aparte, algunas patologías neurológicas como el accidente cerebrovascular (ACV), las hemiplejías o enfermedades como el Alzheimer o el Parkinson, pueden afectar a la marcha y al equilibrio.

¿Qué ejercicios podemos hacer para mejorar la movilidad y la fuerza?

La elección de lo ejercicios y las terapias debe basarse en las preferencias de la persona mayor. Como indica claramente Rodriguez, “antes de recomendar cualquier ejercicio debemos preguntar siempre qué actividad física o ejercicio le gustaría hacer a la persona mayor que tenemos en casa. Es muy importante conocer sus gustos y preferencias porque sus resultados dependerán de su colaboración y de su motivación.

Así, a las personas que nunca han hecho ejercicio es necesario acompañarlas a que descubran poco a poco los beneficios que le aporta practicar actividad física. En personas que ya tienen un hábito, el acompañamiento es más sencillo porque sólo es necesario crear una nueva rutina y motivarla para mantener en movimiento.

Por lo general, se recomienda empezar con actividades suaves, como caminar al aire libre durante 30 minutos, tres veces por semana. Con el tiempo, puede aumentarse la intensidad y la distancia. Otras opciones incluyen la marcha nórdica con bastones, subir y bajar escaleras, montar en bicicleta, nadar, bailar, practicar yoga o taichí.

Las actividades que implican ejercicios de equilibrio y de fuerza donde se usen mancuernas o bandas elásticas es aconsejable que se lleven a cabo con supervisión fisioterapéutica. Así, podremos diseñar un programa adaptado a la condición de cada persona y evitar lesiones por una mala práctica o por el desconocimiento de las técnicas.

Fisioterapia personas mayores

La fisioterapia, una aliada para prevenir caídas

Las caídas son la causa principal de lesiones en las personas mayores, especialmente entre las mujeres, según datos del gobierno de España . Mantener la actividad física para tener unas piernas fuertes y mejorar el equilibrio son claves para prevenir las caídas en personas mayores.

La fisioterapia desempeña un papel fundamental en la prevención y el análisis de las causas de las caídas. Y es que, ¿cómo podemos prevenir algo que no sabemos por qué ocurre? Por ello, es necesario evaluar, primero, los factores intrínsecos que pueden favorecer las caídas, como el equilibrio, la marcha o la agudeza visual. Y segundo, analizar otros factores extrínsecos como son el calzado, el tipo de ropa (que permita movilidad y no entorpezca), el uso de pañal, etc. En personas mayores es muy importante este análisis para detectar los factores de riesgo individuales. El apoyo familiar y la supervisión de un fisioterapeuta son esenciales en esta tarea.

Fuera de casa también debemos tener en cuenta algunas cosas para poder tomar medidas preventivas. El mal estado de las calles, las aceras estrechas o demasiado altas o el acceso al transporte público son causas frecuentes de caídas.

Adaptamos nuestro hogar para hacerlo más seguro

El entorno del hogar puede adaptarse para mejorar la seguridad y movilidad de las personas mayores tomando medidas muy sencillas. Factores como la iluminación, el mobiliario, la altura de la cama y la ausencia de obstáculos deben considerarse cuidadosamente. En este sentido, es fundamental evitar tener objetos en el suelo (cables u otros elementos que nos hagan tropezar) y evitar las alfombras. También debemos tener en cuenta si hay bañera y sustituirla, si es posible, por un plato de ducha.

Otras medidas sencillas que pueden marcar la diferencia son los protectores para la cabeza o la cadera, el calzado de andar por casa o las barandillas para la cama. Éstas no deben ser restrictivas, puesto que pueden alterar o agitar a la persona. En cuanto a medidas tecnológicas, actualmente existen también sensores de movimiento que nos avisan si la persona ha sufrido una caída para que podamos ir como antes.

La importancia de la higiene postural

El principal objetivo de la higiene postural es prevenir y reducir la carga y los daños en la columna vertebral. Alejandra Rodríguez recomienda a sus pacientes que sean conscientes de la posición de su cuerpo cuando están de pie, cuando caminan, al sentarse y mantenerse sentados, cuando hacen determinado movimiento… Esta conciencia sobre el propio cuerpo y evitar moverse con prisa ayudará a prevenir lesiones y sobrecargas.

Mantener una postura adecuada a la silla, cuando estamos de pie y cuando estamos estirados, así como cambiar de postura y de actividad con regularidad nos será de gran ayuda. También el uso de almohadas es una buena alternativa, ya que contribuye a mantener una postura correcta y confortable.

En personas que, por su patología, necesitan estar encamadas, deben realizarse los cambios posturales cada 2 o 3 horas. En este caso, es importante que las personas que cuidan a familiares mayores dependientes tengan conocimientos adecuados para evitar lesiones a la hora de realizar estas movilizaciones. Para ello, la fisioterapia es una herramienta clave.

¿Cómo sé si necesito ayuda de un fisioterapeuta?

La fisioterapia no sólo trata lesiones sino que, también, desempeña un papel preventivo crucial. Ya sea para nosotros mismos o para las personas mayores con las que convivimos, es recomendable buscar ayuda de un fisioterapeuta si notamos cambios en la autonomía. Nos referimos a dificultades para llevar a cabo actividades básicas diarias, problemas de inestabilidad cuando estamos de pie o si caemos con frecuencia. En todos estos casos, la ayuda fisioterapéutica puede ser determinante.

Una señal habitual también podemos encontrarla en los cambios a la hora de andar, sea por disminución de la coordinación o de las ganas de hacerlo. Si salir de paseo se convierte en un problema, es necesario contactar con un profesional.

En resumen, la fisioterapia y el enfoque preventivo desempeñan un papel crucial en el bienestar durante la tercera edad. El consejo más valioso que Alejandra Rodríguez brinda a las personas mayores es mantener la actitud y la motivación por mantenerse activos físicamente. El ejercicio tiene múltiples beneficios, nos permite llegar en mejores condiciones y ayuda a conservar la autonomía y la independencia. Descubrir actividades que generen bienestar y sentirse capaces de realizarlas es esencial. Mantener una vida social activa, cuidar el bienestar emocional y psicológico y consultar con profesionales de la salud son pasos importantes para envejecer con calidad.

Alejandra Rodríguez
Fisioterapeuta en el Centro Residencial Mutuam Manresa

Duelo y pérdidas emocionales de personas y familiares cuando se ingresa en una residencia

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Ingresar a un familiar en una residencia para personas mayores es una experiencia emocionalmente abrumadora para muchas familias. Este proceso puede generar sentimientos de culpa, ansiedad y tristeza tanto a los familiares como a las personas mayores. También supone un duelo, y una gestión de lo que implica vivir en un sitio que no es el hogar.

Para comprender y gestionar estos desafíos emocionales hemos hablado con Cristina Páez, Trabajadora Social Sanitaria en Grup Mutuam. En sus palabras “hablar abiertamente sobre el envejecimiento y las etapas finales de la vida ayuda a normalizar estos temas ya reducir la ansiedad y la culpa cuando llega el momento de tomar decisiones difíciles”.

Dos situaciones, dos enfoques

Para comprender el proceso de ingreso en una residencia, es crucial diferenciar entre dos situaciones. Por un lado, están las circunstancias repentinas , como accidentes, enfermedades graves o intervenciones quirúrgicas inesperadas. Éstas pueden requerir un ingreso temporal o permanente en un centro residencial. Por otra parte, están las situaciones en las que el deterioro físico y cognitivo de un ser querido ha sido progresivo. En estos casos, son los familiares quienes consideran la posibilidad de ingresar a esta persona en una residencia.

En el segundo escenario, uno de los desafíos más complejos es la necesidad de llegar a un consenso entre los miembros de la familia cuando no todos valoran la misma opción. Algunos pueden estar de acuerdo y ver la necesidad de ingreso, mientras que otros pueden tener dudas o estar en desacuerdo. Esta diversidad de opiniones puede crear tensiones y conflictos familiares, lo que convierte esta etapa en un desafío emocional adicional.

Hablamos para naturalizar y gestionar las emociones

«Sacar del hogar a un miembro de la familia siempre es un proceso doloroso», explica Páez. Durante ese proceso, además, suelen surgir dos emociones en las familias: la responsabilidad y la culpa.

La responsabilidad implica asegurarse de que la persona reciba la atención y el cuidado adecuados. La culpa está relacionada con la idea de «abandonar» a la persona en una residencia, de ser «mala hija» o «mal hijo». Hablar de los procesos naturales del envejecimiento y el final de la vida como parte de la vida es la mejor forma de naturalizar algo que, seguro, que nos llegará.

Uno de los consejos clave para las familias que enfrentan la posibilidad de ingresar a un familiar en una residencia es iniciar el proceso de planificación y comunicación lo antes posible . Involucrar a la persona en la toma de decisiones puede ayudar a mitigar el sentimiento de culpa. Sin embargo, esto puede resultar complicado si la capacidad cognitiva está gravemente afectada y la persona no puede expresar sus deseos con claridad. En estos casos, la familia actúa en función de lo que creen que su familiar hubiera deseado. Por eso es tan importante hablar de estos temas mientras se mantiene la salud mental.

Discutir los aspectos positivos y negativos del cambio de residencia, así como visitar distintas residencias juntos, puede facilitar una transición más suave. Aunque las opiniones pueden ser divergentes, es preferible que se expresen y se consideren en lugar de reprimirse.

Aspectos clave en el proceso de ingreso en una residencia

El proceso de ingreso óptimo, por unos y por otros, pide estar muy bien informado de todo lo que implica. Los procedimientos administrativos, el tiempo de resolución de la petición de una plaza de residencia pública o privada; los diferentes servicios a los que pueden optar (atención al hogar, centro de día, apartamentos, viviendas tuteladas, etc.). En este sentido, es clave aclarar aspectos legales y jurídicos (testamentos, últimas voluntades, herencias, poderes legales, etc.).

Aparte de la información administrativa, es necesario saber cómo se vive en una residencia para elegir una. Y, para saberlo, es necesario visitar diferentes equipamientos con la persona mayor , en la medida de lo posible. De esta forma, podrá expresar su opinión hacia el servicio visitado. Si no es posible, es la familia quien debe explicar que está valorando diferentes residencias para darle una mejor calidad de vida.

Además, es crucial ir preparando a la persona en este proceso y explicárselo todo bien. “De la misma manera que nunca se nos ocurriría matricular a una criatura en una escuela nueva sin explicárselo bien, tampoco podemos hacer esto con una persona mayor” dice Páez. Deberemos ir transitando por esta nueva etapa juntos, haciéndonos cargo de las emociones que vivimos como familiares y de cómo lo está viviendo la persona afectada.

Detalles que importan

Páez destaca: «un aspecto que a menudo se pasa por alto, pero que es de gran importancia es el cuidado de las mascotas, sea un perro, un gato o un pajarito». Las personas mayores pueden tener mascotas que representan una parte significativa de sus vidas. Tener en cuenta qué sucederá con los animales cuando la persona ingrese en una residencia es primordial, y su cuidado debe ser una prioridad en la planificación.

El impacto emocional para los residentes y las familias

“Mudarse a una residencia es todo un proceso de duelo. La palabra ya lo dice: “mudarse”, dejar atrás el vestido que se llevaba para vestirse con una nueva muda”.

La persona mayor que se muda a una residencia deja atrás su casa y su vida. Deja atrás su barrio, sus relaciones sociales y vecinales y, en definitiva, todo lo que ha construido a lo largo de los años. Esta pérdida viene seguida de un ingreso en un sitio nuevo, un servicio donde debe convivir con personas nuevas y con profesionales. Debe aceptar nuevas normativas, nuevos horarios y nuevas rutinas y esto, a menudo, no es fácil.

Para paliar este duelo hay que acompañarles, en primer lugar, haciendo visible todas las pérdidas que pueden ser representativas él o ella. Y, en segundo lugar, es necesario que les ayudemos a visibilizar todas las ganancias que un centro asistencial les puede ofrecer.

La preparación emocional es esencial, tanto para los familiares como para la persona que ingresa en la residencia. “A pesar de todo, nadie te ahorra los sentimientos de culpa, confusión, responsabilidad, etc., que aparecen en este proceso de decisión”, señala Páez. «Son emociones y sentimientos naturales». Para las familias, el proceso de ingreso es emocionalmente desafiante porque «se vive como un abandono o un desentendimiento». En este sentido, buscar apoyo profesional puede ser muy útil. Los/las trabajadores/as sociales de salud pueden ofrecer esa orientación y apoyo a las familias.

El papel del/de la trabajador/a social sanitaria

El equipo de profesionales de trabajo social sanitario desempeña un papel fundamental en este proceso. Su función es acompañar a las familias y las personas mayores y detectar, legitimar y normalizar emociones y sentimientos que surgen en todos estos procesos de duelo no reconocidos. Estos profesionales están capacitados para brindar apoyo emocional y orientación práctica a las familias mientras navegan por el proceso de ingreso en una residencia.

«Los profesionales que estamos en torno a estos procesos y de esta etapa del final de la vida, a menudo, intervenimos cuando detectamos a personas mayores y familiares muy resistentes a hablar. Si nos dejan, acompañamos a familias que se perpetran en la negación más absoluta o que viven ese proceso con un dolor intenso y con confusión y desorientación profunda», dice Páez.

Es necesario que cambiemos la percepción de las residencias y del envejecimiento

Para superar la estigmatización de las residencias de personas mayores y entenderlas como una opción de calidad y natural, “ es necesario un cambio profundo en la percepción de la vejez y el envejecimiento en la sociedad” . Vivimos en una sociedad abocada a la idealización de la juventud y el éxito”, dice Páez. «Hay que llevar a cabo campañas que pongan el foco en la riqueza de las personas mayores, en la fortaleza de sus historias de vida. Hay que dar importancia a la gente mayor en la crianza de los nietos y de la tribu”.

En paralelo, «es necesario también que empecemos todos a entender y a ver la parte positiva de recibir cuidados de profesionales y de servicios, y no sólo del núcleo familiar. Los tiempos van cambiando y esta mirada también es importante que evolucione.«

Páez añade que «hay que desarrollar modelos residenciales más modernos e inclusivos que promuevan la interacción social y ofrecerlos como alternativa a la soledad y el individualismo». «También hay que dar más importancia al tema de los cuidados y que éstos dejen de feminizarse».

El proceso de ingresar a un ser querido en una residencia es una experiencia compleja y emocional. Requiere una comunicación abierta, una planificación esmerada y, en ocasiones, el apoyo de profesionales. Comprender que el ingreso en una residencia es un duelo y ponerle nombre a las cosas ayuda a hacer frente a todas las emociones que se desprenden. Y, sobre todo, ayuda a poder transitar esta etapa de una forma más saludable. Por lo que respecta a las familias, entender también que sentimientos de culpa y ansiedad son reacciones naturales ayuda a abordarlos de forma efectiva. La clave está en la empatía, el respeto y la preparación emocional de todos y todas.

Cristina Páez

Trabajadora Social Sanitaria en Grup Mutuam.

La fisioterapia para personas mayores: consejos y hábitos para una vida saludable

fisioterapia gent gran

A medida que envejecemos, mantener una vida activa y saludable se convierte en un objetivo esencial. Durante la tercera edad la movilidad y la salud cobran un significado especial, porque de ellas depende, en gran medida, nuestra autonomía.

Alejandra Rodríguez, fisioterapeuta del Centro Residencial Mutuam Manresa, nos da algunas pautas y consejos para evitar el sedentarismo y disfrutar de una vida activa a medida que envejecemos. Lo importante, según sus más de 14 años experiencia: mantener la actitud y la motivación para sentirse y verse físicamente saludable.

Los beneficios de la fisioterapia para personas mayores

El beneficio más destacable (e imprescindible) para este colectivo es, sin duda alguna, la preservación de la autonomía y la promoción del movimiento. Mejorar la autonomía diaria permite que las personas sigan realizando acciones esenciales, como peinarse, vestirse y conservar su independencia en actividades básicas y fundamentales. Además ayuda a reducir el dolor muscular y articular, a mantener y aumentar la fuerza muscular ya mejorar el equilibrio y la coordinación para prevenir caídas.

La fisioterapia desempeña un papel crucial en la recuperación de la funcionalidad y la autonomía en la vida diaria. Después de una lesión o enfermedad, ayuda a restaurar la funcionalidad perdida, permitiendo a las personas mantener su independencia. Asimismo, es una herramienta muy útil para personas que cuidan de familiares dependientes, puesto que les proporciona formación para una buena higiene postural.

Lesiones y condiciones de salud comunes en personas mayores

En personas mayores, el dolor es un problema recurrente, muchas veces causado por malos movimientos, posturas prolongadas, sedentarismo o patologías preexistentes. Entre las lesiones y condiciones de salud más comunes se encuentran la lumbalgia, el dolor de espalda, los problemas articulares y el dolor por artrosis. También es frecuente la rehabilitación de postoperatorios después de un reemplazo articular de cadera o de rodilla.

Aparte, algunas patologías neurológicas como el accidente cerebrovascular (ACV), las hemiplejías o enfermedades como el Alzheimer o el Parkinson, pueden afectar a la marcha y al equilibrio.

¿Qué ejercicios podemos realizar para mejorar la movilidad y la fuerza?

La elección de ejercicios y terapias debe basarse en las preferencias de la persona mayor. Como indica claramente Rodriguez, “antes de recomendar cualquier ejercicio debemos preguntar siempre qué actividad física o ejercicio le gustaría realizar a la persona mayor que tenemos en casa. Es muy importante conocer sus gustos y preferencias porque sus resultados dependerán de su colaboración y de su motivación.

Así, a las personas que nunca han hecho ejercicio es necesario acompañarlas a que descubran poco a poco los beneficios que le aporta practicar actividad física. En personas que ya tienen un hábito, el acompañamiento es más sencillo porque sólo es necesario crear una nueva rutina y motivarla para mantener en movimiento.

Por lo general, se recomienda empezar con actividades suaves, como caminar al aire libre durante 30 minutos, tres veces por semana. Con el tiempo, puede aumentarse la intensidad y la distancia. Otras opciones incluyen la marcha nórdica con bastones, subir y bajar escaleras, montar en bicicleta, nadar, bailar, practicar yoga o taichí.

Las actividades que implican ejercicios de equilibrio y de fuerza donde se usen mancuernas o bandas elásticas es aconsejable que se lleven a cabo con supervisión fisioterapéutica. Así, podremos diseñar un programa adaptado a la condición de cada persona y evitar lesiones por una mala práctica o por el desconocimiento de las técnicas.

Fisioterapia personas mayores

La fisioterapia, una aliada para prevenir caídas

Las caídas son la causa principal de lesiones en las personas mayores, especialmente entre las mujeres, según datos del gobierno de España . Mantener la actividad física por tener unas piernas fuertes y mejorar el equilibrio son claves para prevenir las caídas en personas mayores.

La fisioterapia desempeña un papel fundamental en la prevención y el análisis de las causas de las caídas. Y es que, ¿cómo podemos prevenir algo que no sabemos por qué ocurre? Por ello, es necesario evaluar, primero, los factores intrínsecos que pueden favorecer las caídas, como el equilibrio, la marcha o la agudeza visual. Y segundo, analizar otros factores extrínsecos como son el calzado, el tipo de ropa (que permita movilidad y no entorpezca), el uso de pañal, etc. En personas mayores es muy importante este análisis para detectar los factores de riesgo individuales. El soporte familiar y la supervisión de un fisioterapeuta son esenciales en esta tarea.

Fuera de casa también debemos tener en cuenta algunas cosas para poder tomar medidas preventivas. El mal estado de las calles, las aceras estrechas o demasiado altas o el acceso al transporte público son causas frecuentes de caídas.

Adaptamos nuestro hogar para hacerlo más seguro

El entorno del hogar puede adaptarse para mejorar la seguridad y movilidad de las personas mayores tomando medidas muy sencillas. Factores como la iluminación, el mobiliario, la altura de la cama y la ausencia de obstáculos deben considerarse cuidadosamente. En este sentido, es fundamental evitar tener objetos en el suelo (cables u otros elementos que nos hagan tropezar) y evitar las alfombras. También debemos tener en cuenta si hay bañera y sustituirla, si es posible, por un plato de ducha.

Otras medidas sencillas que pueden marcar la diferencia son los protectores para la cabeza o la cadera, el calzado de andar por casa o las barandillas para la cama. Éstas no deben ser restrictivas, puesto que pueden alterar o agitar a la persona. En cuanto a medidas tecnológicas, actualmente existen también sensores de movimiento que nos avisan si la persona ha sufrido una caída para que podamos ir como antes.

La importancia de la higiene postural

El principal objetivo de la higiene postural es prevenir y reducir la carga y los daños en la columna vertebral. Alejandra Rodríguez recomienda a sus pacientes que sean conscientes de la posición de su cuerpo cuando están de pie, cuando caminan, al sentarse y mantenerse sentados, cuando hacen determinado movimiento… Esta conciencia sobre el propio cuerpo y evitar moverse con prisa ayudará a prevenir lesiones y sobrecargas.

Mantener una postura adecuada a la silla, cuando estamos de pie y cuando estamos estirados, así como cambiar de postura y de actividad con regularidad nos será de gran ayuda. También el uso de almohadas es una buena alternativa, ya que contribuye a mantener una postura correcta y confortable.

En personas que, por su patología, necesitan estar encamadas, deben realizarse los cambios posturales cada 2 o 3 horas. En este caso, es importante que las personas que cuidan de familiares mayores dependientes tengan conocimientos adecuados para evitar lesiones a la hora de realizar estas movilizaciones. Para ello, la fisioterapia es una herramienta clave.

¿Cómo sé si necesito ayuda de un fisioterapeuta?

La fisioterapia no sólo trata lesiones sino que, también, desempeña un papel preventivo crucial. Ya sea en nosotros mismos en las personas mayores con las que convivimos es recomendable buscar ayuda de un fisioterapeuta si notamos cambios en la autonomía. Nos referimos a dificultades para llevar a cabo actividades básicas diarias, problemas de inestabilidad cuando estamos de pie o si caemos con frecuencia. En todos estos casos, la ayuda fisioterapéutica puede ser determinante.

Una señal habitual también podemos encontrarla en los cambios a la hora de andar, sea por disminución de la coordinación o de las ganas de hacerlo. Si salir de paseo se convierte en un problema, es necesario contactar con un profesional.

En resumen, la fisioterapia y el enfoque preventivo desempeñan un papel crucial en el bienestar durante la tercera edad. El consejo más valioso que Alejandra Rodríguez brinda a las personas mayores es mantener la actitud y la motivación por mantenerse activos físicamente. El ejercicio tiene múltiples beneficios, nos permite llegar en mejores condiciones y ayuda a conservar la autonomía y la independencia. Descubrir actividades que generen bienestar y sentirse capaces de realizarlas es esencial. Mantener una vida social activa, cuidar el bienestar emocional y psicológico y consultar con profesionales de la salud son pasos importantes para envejecer con calidad.

Alejandra Rodríguez
Fisioterapeuta en el Centro Residencial Mutuam Manresa

Cuidar de quien cuida

Cuidar qui cuida: consells per a cuidadors

¿Cómo estar bien cuando somos nosotros quienes cuidamos?

Cuidar a una persona mayor dependiente es un proceso largo, una carrera de fondo que suele ser agotadora. En la mayoría de los casos, los cuidadores son familiares cercanos, como el cónyuge o los hijos e hijas de la persona a la que cuidan. Esto implica que los propios cuidadores suelen tener una edad similar a la de la persona dependiente. Esta situación plantea desafíos adicionales, puesto que el cuidador también puede enfrentar sus propias dificultades de salud relacionadas con la edad . Por eso, es esencial tener en cuenta esta realidad y reconocer que los cuidadores también necesitan apoyo y cuidado. Meritxell Naudeillo, jefe del servicio de psicología de los EAPS Mutuam y formadora de la Escuela de cuidadores, nos da algunos consejos para aprender a cuidarnos.

Debemos cuidarnos porque cuidamos y porque lo merecemos

Cuidar a personas mayores dependientes implica una serie de cargas físicas y emocionales. Las cargas físicas pueden aliviarse con la ayuda de cuidadores formales, quienes ofrecen soporte logístico y organizativo. Sin embargo, el desgaste emocional y psicológico es lo más difícil de soportar. Además, a menudo lleva al aislamiento social, puesto que el cuidador tiende a dejar su vida y actividades para centrarse exclusivamente en el otro. Con este contexto, se hace más necesario que nunca ser responsable consigo mismo y velar por nuestra salud física, emocional y psicológica. Cuidar a uno mismo es un derecho y una necesidad para mantener una buena calidad de vida. Sin embargo, a pesar de ser un derecho, a menudo, los cuidadores se sienten culpables por dedicar tiempo a sus propias necesidades.

La culpa por tomar un respiro

El sentimiento de culpa es una carga emocional habitual que suele surgir cuando tomamos espacios para cuidarnos. Creer que no estamos haciendo suficiente o que estamos dejando de atender plenamente a las necesidades del otro son pensamientos frecuentes. Sin embargo, es importante recalcar que ese sentimiento de culpa no tiene un fundamento real. La enfermedad y la dependencia son situaciones difíciles de controlar o detener. A veces, nos encontramos impotentes ante el curso de la enfermedad y nos culpamos por no poder hacer más. Es necesario que entendamos que nuestra capacidad tiene límites, y que no podemos asumir la responsabilidad completa de la enfermedad de otra persona. Reconocer nuestras limitaciones nos ayuda a librarnos de la culpa y nos permite enfocarnos en ofrecer la mejor atención dentro de nuestras posibilidades. Cuidarnos nosotros mismos es una parte integral del cuidado global. Tenemos derechos y necesidades legítimas, y atender a nuestro bienestar físico, emocional y mental no es egoísta. Todo lo contrario: es imprescindible para mantener nuestro bienestar y prevenir el agotamiento y deterioro de nuestra propia salud.

¿Por dónde empezamos a cuidarnos?

Como explica Meritxell Naudeillo, “es fundamental identificar cuáles son nuestras fuentes de estrés, ya que éstas varían de una persona a otra”. Una fuente de estrés habitual en familiares que cuidan de personas con alteraciones cognitivas es la incertidumbre . Por eso, debemos informarnos sobre la enfermedad de esta persona, qué podemos esperar, cómo evolucionará y qué recursos tenemos a nuestra disposición. Otra fuente de estrés habitual es la falta de preparación a la hora de afrontar la enfermedad. No saber qué necesita la persona (sobre todo si, por el deterioro cognitivo pierde la capacidad de comunicarse) genera mucho malestar emocional y angustia. Por todo ello, debemos solicitar el máximo de información y de recursos.

Señales inequívocas que debemos prestar atención de nosotros

Aunque cada persona es diferente, existen toda una serie de señales que indican cuándo debemos prestar más atención a nuestros propios cuidados, como:

  • Pérdida de interés y motivación por las cosas.
  • Aislamiento social y disminución de las relaciones y actividades habituales.
  • Sentimientos de tristeza, irritabilidad, agresividad o emociones negativas hacia la persona que cuidamos.
  • Episodios de ansiedad, depresión, apatía, entre otros.
  • Cambios drásticos de peso o alteraciones en el patrón de ensueño.
  • Pensamientos como "sólo puedo cuidar yo, los demás no saben o no lo hacen bien".
  • Agotamiento físico y psíquico y propensión a enfermar (a resfriarse más, a sufrir lumbalgia y lesiones similares)

Ante cualquiera de estas señales debemos pedir ayuda y buscar recursos que tengamos a nuestro alcance. Sólo así podremos encontrar espacios y momentos de descarga para soportar mejor la situación.

Los puntos clave para soportar el estrés

¿Qué medidas podemos tomar para gestionar mejor nuestro día a día? ¿Cómo hacernos la vida más fácil? Para ayudarnos a gestionar el agotamiento emocional y el estrés, podemos implementar las siguientes medidas:

  1. Pedir ayuda. No cargarse con todas las responsabilidades y buscar apoyo en familiares, amigos y servicios de cuidadores profesionales o voluntarios.
  2. Obtener información completa sobre la enfermedad y su evolución. Como dice Naudeillo, "reducir la incertidumbre es reducir el estrés".
  3. Planificar las actividades y citas médicas que debemos llevar a cabo con anticipación. Así, podremos organizarnos de forma efectiva.
  4. Cuidar nuestra salud física y emocional dedicando tiempo necesario a descansar y dormir. Salir de casa, hacer ejercicio regularmente, seguir una alimentación equilibrada y, sobre todo, seguir atendiendo a nuestras citas médicas.
  5. Mantener relaciones sociales y actividades. Es importante conservar nuestros espacios de ocio que nos distraen y nos conectan con nosotros mismos. No debemos abandonar nuestras aficiones, pero tampoco sobrecargarnos con nuevas responsabilidades.
  6. Solicitar ayudas sociales y recursos disponibles. Es necesario conocer y aprovechar todos los recursos disponibles para aliviar la carga, desde centros de día hasta entidades de voluntarios o ayudas a domicilio .
  7. Buscar formación y soporte en instituciones especializadas. La Escola de Cuidadors ofrece talleres gratuitos que pueden ser de gran ayuda para cuidadores no profesionales y voluntarios.

Cuidar a personas mayores dependientes requiere un esfuerzo significativo, pero el cuidado de uno mismo no debe pasarse por alto. "El hecho de cuidar implica generosidad, valentía y compromiso", como dice Naudeillo, y este compromiso debemos asumirlo tanto con la persona a la que asistimos como con nosotros mismos. Porque la propia salud y el bienestar son derechos fundamentales y, al mismo tiempo, el recurso poder atender a quien lo necesita. Con la colaboración de Meritxell Naudeillo, psicóloga general sanitaria y psicóloga en cuidados paliativos que coordina los EAPS Mutuam y el Programa Final de Vida.

Cómo elegir residencia para personas mayores: consejos y recomendaciones para tomar la mejor decisión

Elegir residencia para personas mayores: consejos y recomendaciones.

Elegir una residencia para nuestros familiares suele ser una decisión difícil y emotiva. Aparte de las reticencias de muchas personas a la hora de abandonar el hogar, sus familias atraviesan también emociones complejas. Sin embargo, a menudo es la mejor opción para que tanto la persona como la familia tengan la mejor calidad de vida posible. ¿Qué debe tener una buena residencia para personas mayores? ¿En qué debemos fijarnos? Para ayudarle con estas y otras dudas, hemos elaborado una lista de criterios para tener en cuenta a la hora de elegir una residencia. Y también, algunos consejos y recomendaciones para que tome la mejor decisión.

¿Qué hay que tener en cuenta a la hora de echar una residencia para personas mayores?

  1. La ubicación , aunque no lo parezca, es un aspecto muy importante. Busque una residencia que esté convenientemente situada cerca de su domicilio o de otros familiares. De esta forma, se facilitan las visitas y se mantiene el contacto con la familia y los amigos. Que esté bien comunicado, sobre todo mediante transporte público, y en un entorno urbano también ayuda a la hora de hacer más fáciles las visitas y poder participar en la comunidad.
  1. Las instalaciones y los servicios : una buena residencia para personas mayores debe ofrecer una atención y servicios adecuados a sus necesidades. Asegúrese de que disponga de instalaciones adecuadas, como habitaciones cómodas y confortables, y que sean accesibles para personas con movilidad reducida. También es importante que haya áreas comunes acogedoras y que tenga cocina propia que ofrezca comidas caseras y nutritivas, adaptadas a los requerimientos dietéticos específicos que puedan tener los residentes.
  1. El personal . La asistencia sanitaria en una residencia de ancianos es básica. Por eso, es importante que verifique que la que elija cuenta con un equipo de servicios médicos y de enfermería profesionales. Un equipo técnico de fisioterapeutas y de atención psicológica también es un factor clave a tener en cuenta. Por otro lado, mire que la plantilla sea fija y haya poca rotación para asegurar que quien trabaja tiene un buen conocimiento de los residentes. 
  1. El modelo de atención. Conocer el modelo de atención de una residencia para personas mayores es esencial para saber si su forma de cuidar se alinea con nuestras expectativas y nuestros valores. Por ejemplo, será importante preguntar si se promueve la autonomía de la persona o si se realizan contenciones físicas. En Grup Mutuam trabajamos según la ACP, un modelo asistencial que pone a las personas en el centro y tiene en cuenta su individualidad. También estamos comprometidos con la “Norma Libera care” impulsada por la Fundación Cuidados Dignos, que aboga por eliminar las sujeciones. 
  1. El coste y el modelo de contrato : aparte de conocer el coste y el modelo de contrato que se va a firmar, es recomendable preguntar si la residencia, aunque sea privada, dispone de plazas con financiación pública, llamadas concertadas o colaboradoras. También debe tenerse en cuenta si hay lista de espera y si se pueden pedir ayudas de la ley de dependencia como la prestación económica vinculada al servicio , que se otorga en determinados casos en los que la persona no puede acceder a una plaza pública o concertada por falta de disponibilidad. 
  1. Las actividades que ofrecen deben ser adecuadas a las necesidades e intereses de las personas mayores y adaptadas a las diferentes tipologías de residentes. Le recomendamos que pregunte y eche un vistazo a los espacios comunes y al plan actividades que se lleva a cabo. 
  1. La higiene y la seguridad son dos aspectos fundamentales y básicos a la hora de elegir una residencia para personas mayores. Compruebe que adopta todas las medidas de higiene y protección adecuadas para garantizar la salud y la seguridad de los residentes. En Grup Mutuam, por ejemplo contamos con comisiones y grupos de trabajo de profesionales específicamente dedicados a velar por su seguridad. 
  1. La privacidad es un aspecto fundamental de nuestro día a día. Por eso, disponer de áreas tranquilas donde la persona pueda tener privacidad con las visitas, dentro de lo posible, es un factor que debemos considerar.
  1. Unos horarios de visita flexibles , que permitan la entrada y la salida libres, ir a comer o irse de fin de semana o de vacaciones son un factor clave. Ayudan a mantener la autonomía y relaciones con su entorno. 
  1. La personalización del espacio

    con objetos y muebles propios es una de las formas que tenemos en Grup Mutuam de ofrecer una atención centrada en la persona y mejorar su acogida. Por eso, es necesario conocer si existe esta posibilidad para asegurar que los residentes mantengan el vínculo con el hogar.

Los centros de Grupo Mutuam

Es importante comprender que optar por una residencia para personas mayores no implica abandonar a nuestro ser querido sino todo lo contrario. En muchos casos, es la mejor opción para garantizar su bienestar y asegurarnos de que recibirá atención especializada y constante, además de actividades de ocio adaptadas a sus necesidades . El hecho de que la familia no tenga que asumir todas las tareas de cuidado también hará que pueda dedicarle más tiempo de calidad a compartir momentos especiales con la persona. Grupo Mutuam cuenta con 11 equipamientos residenciales en las provincias de Barcelona y Tarragona entre los propios y los de la Generalidad de Cataluña que gestiona. En todos ellos se pueden realizar estancias indefinidas o temporales según las necesidades de cada persona. Todas las residencias para personas mayores del Grupo disponen de personal calificado que ofrece no sólo atención sanitaria, sino también empatía y proximidad. Y es que nuestro modelo residencial va más allá de ofrecer cuidados y servicios sanitarios. En Grup Mutuam velamos por la dignidad y el respeto hacia los hábitos de cada residente. Por eso, realizamos conjuntamente con cada persona usuaria un Plan de atención individual . En él, recogemos sus gustos, preferencias e historia de vida para hacer una buena acogida desde el día del ingreso y que así se sienta como en casa. Y es que, para nosotros, la mejor asistencia es la que contempla tanto las necesidades de las personas como su singularidad . Elegir residencia para personas mayores: consejos y recomendaciones

Elegir bien por su tranquilidad y su vuestra

En las residencias de Grup Mutuam, además de cuidar de las personas nos ocupamos de fomentar su autonomía, la socialización y de respetar su proyecto vital . Porque queremos que las familias se queden tranquilas sabiendo que sus padres, madres, abuelos y abuelas están en las mejores manos, ponemos a su alcance el Servicio de Orientación Social , que le ayudará a encontrar el recurso más adecuado para su caso. Al final, lo más importante para nosotros es que usuarios y familias tome la decisión que le aporte seguridad y calidad de vida a ambos. Con la colaboración de Silvia Aguerri (Servicio de Orientación Social); Dolor Cabré (Directora del Centro Asistencial Mutuam La Creueta) y Montse Camprubí (Directora del Centro Residencial Mutuam Manresa) Nuestro Servicio de Orientación Social está disponible para asesorarle y apoyarle. No dude en llamar al 933 800 970 para obtener información adicional y resolver cualquier inquietud que pueda tener.

Cuidadores a domicilio para personas mayores durante las vacaciones: un respiro familiar necesario

Cuidadores a domicilio para personas mayores durante las vacaciones

¿Qué hacemos si tenemos un familiar mayor y dependiente, que no puede venir con nosotros y necesita ayuda? Esta es una de las preocupaciones más habituales cuando llega el momento de planificar las vacaciones familiares.

Ya sea por limitaciones físicas o porque la propia persona así lo decide, a veces puede resultar difícil dejar a los padres o abuelos en casa. Para estos casos, contáis con diferentes opciones de cuidado profesional, entre ellas, Mutuam a Casa. Se trata de un servicio de cuidadores a domicilio que da cobertura en la ciudad de Barcelona y sus alrededores, pensado para que podáis disfrutar de vuestras vacaciones sabiendo que, en casa, todo sigue bien.

El reto de las vacaciones y el cuidado de los familiares

Para muchas familias, el momento de planificar las vacaciones se complica cuando tienen a su cargo una persona mayor que necesita atención de forma regular. Contar con un cuidador o cuidadora para personas mayores a domicilio puede ser el aliado perfecto para esta situación. Tanto si hace falta ayuda puntual como si la persona cuidadora habitual se marcha también de vacaciones, podremos cubrir las necesidades de la toda familia. Así, podréis iros y descansar unos días sin pesar y con total tranquilidad.

Y es que las tareas de cuidados son agotadoras física y emocionalmente, y si no se toman períodos de descanso, nuestra salud puede verse afectada. Por eso es crucial tener un respiro familiar y reanudar el cuidado de nuestro familiar con las energías renovadas.

Grupo Mutuam, cuidadores a domicilio de confianza

Para todas aquellas personas con cierto grado de autonomía, pero que necesitan apoyo durante algunas horas al día para desarrollar sus actividades cotidianas, podéis contar con Mutuam a Casa. Es una solución idónea para aquellas familias que necesitan ayuda temporal durante las vacaciones o sustituir a la persona cuidadora.

¿Y si sólo hace falta que se le acompañe al médico o a salir a dar una vuelta? ¿Y si es necesario que vaya alguien a hacerle todas las comidas? Mutuam a casa se adapta a las necesidades específicas de cada persona. De esta manera, su familiar contará con ayuda para las actividades de su vida diaria que sean necesarias. Ya sea higiene personal, supervisión de la medicación, limpieza de la casa o acompañamientos en salidas, con un cuidador a domicilio estará todo cubierto. Además ofrecemos otros servicios complementarios como podología o fisioterapia para un cuidado integral.

Cuando recibir ayuda se hace difícil

Es habitual que a muchas personas mayores les cueste aceptar que necesitan ayuda externa y, también, que les dé miedo permitir que alguien que no conocen entre en casa para ayudarlas. Es por ello que seleccionamos cuidadosamente a nuestros cuidadores y cuidadoras familiares y velamos por el respeto y la dignidad de las personas. La atención personalizada y cercana ayuda a superar las barreras iniciales y permite que las personas mayores se sientan cómodas y seguras al recibir ayuda en su propio hogar. Además, si los usuarias o usuarias no se sienten a gusto con el cuidador que se les ha asignado, existe la posibilidad de cambiar de profesional.

Mutuam a Casa proporciona una asistencia adaptada a cada persona y tiene como premisa fomentar la autonomía y adaptarse a sus preferencias y rutinas. Testimonios como el de la Victoria o la satisfacción de las más de cuatrocientas personas que atendemos cada año nos avalan.

¿Tienes dudas? Las resolvemos y te orientamos

Es normal tener dudas sobre qué tipo de ayuda es la más adecuada para nuestro familiar dependiente en vacaciones. Por eso, ante cualquier pregunta, ponemos a su disposición el Servicio de Orientación Social. Llamando al 93 380 09 70 nuestro equipo de orientadoras sociales resolverán todas vuestras inquietudes.

¿No tenéis claro si necesitáis el servicio domiciliario, una estancia temporal en una residencia o cualquier otra alternativa de cuidado? El Servicio de Orientación Social os ayudará a encontrar la solución más adecuada a vuestro caso particular. Porque nuestra misión es cuidar de vuestro familiar y acompañaros durante el proceso para que toméis la mejor decisión. Así, disfrutaréis de las vacaciones sabiendo que vuestros padres, madres, abuelas y abuelos están bien atendidos.

Confianza y profesionalidad para tu tranquilidad

Cuando llega el momento de disfrutar de unas vacaciones en familia, no debemos sentirnos culpables por separarnos de un familiar dependiente o que necesita asistencia en determinadas ocasiones. Los servicios de cuidadores a domicilio de Mutuam a Casa garantizan que vuestros seres queridos reciban una atención de calidad y personalizada durante vuestra ausencia.

Además, es importante recordar que como cuidadores también merecemos un período de descanso y un respiro familiar para evitar la sobrecarga. Por ello, disponéis de una amplia gama de servicios y de profesionales cualificados que se asegurarán de cuidar debidamente a vuestro familiar. Disfrutad plenamente de vuestras vacaciones con la confianza de saber que está en las mejores manos.

Ponte en contacto con el Servicio de Orientación Social por teléfono al 93 380 09 50 o por correo electrónico a tamara.koyik@mutuam.com. Si quieres saber más sobre cómo cuidar a las personas mayores en verano de la mejor manera, no te pierdas Servicios y soluciones para unas vacaciones tranquilas y Estancias temporales en residencias, una buena opción cada vez más frecuente .