La responsable higiénico-sanitaria es una figura clave dentro de cualquier centro residencial, con unas funciones de coordinación y supervisión de personal y protocolo primordiales para el buen funcionamiento de una residencia. Es una pieza decisiva dentro del engranaje que permite que un centro funcione y, aun así, su rol es profundamente desconocido.
Las responsables higiénico-sanitarias (RHS) que, a menudo, suelen ser enfermeras y enfermeros, son un pilar fundamental en la calidad de vida de cuyos residentes se desconoce su importancia. Hablamos con la Karen Córdoba, RHS de la Residencia Molí-Via Favència , sobre las responsabilidades y desafíos de su cargo y su contribución en el cuidado de las personas mayores.
¿En qué consiste el trabajo de una responsable higiénico-sanitaria (RHS) y por qué es un rol clave?
Mi trabajo consiste, en términos generales en coordinar y supervisar al persona l y todos los procedimientos y protocolos sanitarios del centro. El objetivo es garantizar la calidad asistencial y la seguridad de nuestros residentes, así como la atención a sus familias o personas de apoyo.
Además, también llevo a cabo la coordinación del centro con otros servicios y niveles asistenciales, como centro de salud, hospital, ASPB y otras entidades u organismos sanitarios. En el día a día, en el caso del Molí-Via Favència, esto se traduce, por ejemplo, en coordinarse con el CAP de zona para pedir los recursos necesarios como la actualización de recetas electrónicas de los residentes, PAO, material de analíticas… hacer consultas con los profesionales de referencia (médica, enfermera… Es un trabajo que tiene muchas dimensiones y que es clave para que todos los elementos de un centro residencial funcionen cuándo y cómo corresponde.
¿Cuáles son los principales objetivos que una RHS persigue en su día a día?
El objetivo es garantizar las condiciones higiénicas y sanitarias del centro, personal y personas residentes.
Esto se logra, por un lado, con un trabajo de supervisión constante de todo lo que sucede en el centro. Nos referimos a supervisar cosas, como la higiene y la vestimenta de los y las residentes. Que vayan con ropa de temporada, que reciban los servicios de peluquería que necesitan o lleven las uñas bien cortadas. También pide supervisar otros elementos esenciales de los residentes, como las comidas o los diferentes tratamientos médicos.
En cuanto al equipo, la RHS es la responsable de garantizar que el equipo de profesionales del centro cumple con las normativas en todos los sentidos, desde el protocolo más específico hasta detalles como el uniforme.
¿Cómo ha evolucionado el rol de la RHS en el modelo asistencial y cuáles son los aspectos más críticos que enfrentan en la actualidad?
En el pasado, el rol específico de RHS no existía, siendo el personal de enfermería del centro quien asumía, aparte de las tareas asistenciales, otras tareas de gestión sanitaria del centro.
Con la aparición del rol de RHS se han podido separar las funciones de carácter más asistencial de las funciones de gestión y liderazgo, dotándose de importancia y valor esta figura.
Es una figura clave en el área residencial porque, aparte de lo comentado anteriormente, permite al resto de profesionales dedicarse en exclusiva a su trabajo. La tarea más burocrática o de coordinación ya no recae en el personal de enfermería, que tiene otras específicas a las que puede dedicarse plenamente.
¿Cuáles son los retos con los que te encuentras en tu día a día?
Aunque se trata de un trabajo vocacional, uno de los retos más complejos a los que nos enfrentamos, como sector, es la falta de personal sanitario cualificado. Esto ocurre, por un lado, porque el convenio que rige sobre los equipos de enfermería geriátrica es precario, y no garantiza las condiciones que un trabajo como éste requiere y por la falta de profesionales de enfermería en todas partes. Además, nos encontramos con un sector que sufre mucho estigma, lo que incrementa las dificultades a la hora de encontrar personal.
Otro de los retos del día a día tiene que ver con la excesiva burocracia que nos piden desde los distintos organismos sociales y sanitarios.
Por lo que respecta a la parte asistencial, una parte de mi trabajo consiste en tratar con las familias y esto, a menudo, genera momentos complejos. Cuando hay conflictos o situaciones delicadas, en ocasiones se cruzan líneas, como el respeto, y tú como profesional te sientes muy vulnerable. Por más tiempo que se lleve y por bagaje que se tenga, estas situaciones cuestan de digerir.

¿Podrías compartir algún caso concreto en el que tu intervención como RHS haya sido determinante para un residente?
Hace poco tuvimos el caso de una persona cuyo estado muy delicado pidió la eutanasia. La buena coordinación con atención primaria y el trabajo en equipo permitió llevar a cabo su voluntad, garantizando la dignidad y el respeto por el derecho y los últimos deseos de esa persona.
Es una situación dura y emocionalmente delicada, pero saber que ayudar a las personas precisamente en situaciones así de difíciles es lo que da sentido a nuestro trabajo. Porque al final, se trata de esto, de dar la mejor asistencia a las personas que lo necesitan.
¿Cuáles son las habilidades y conocimientos clave que deben adquirirse para desempeñar con eficacia el rol de RHS?
Las responsables higiénico-sanitarias somos, por encima de todo, enfermeras. Por tanto, es necesario que tengamos las habilidades y las competencias sanitarias propias de este perfil. Aparte, es fundamental tener habilidades de liderazgo y de gestión de equipos, por toda la parte de coordinación y supervisión que requiere mi rol.
Tener mucha empatía y ser una persona resolutiva y proactiva son dos características clave para poder realizar este trabajo. Como RHS hay que entender las necesidades sociales, los derechos de las personas y primarlos.
¿Qué es lo que más valoras de tu trabajo y qué cambiarías si pudieras?
Lo que más valoro de mi trabajo es, sin duda alguna, el trato directo y el vínculo que se crea con las personas atendidas. Su agradecimiento es lo que más me aporta.
Como decía, éste es un trabajo vocacional, y cuando empiezas a estudiar enfermería enseguida sabes si es por ti o no. Lamentablemente, a pesar de ser clave, el trabajo de una RHS es muy desconocido y no está reconocido ni social ni laboralmente. Además está poco valorada en comparación con otros niveles asistenciales.
Por eso urgente que se mejoren las condiciones del personal asistencial y social del área residencial, que recoge el convenio actual de residencias. El trabajo de cuidados es un pilar básico ahora y, en el futuro, con una población cada vez más envejecida, lo será aún más.
En resumen, el rol de una RHS es un elemento esencial en la asistencia residencial y, pese a su importancia, está profundamente infravalorado. En un mundo donde el envejecimiento de la población es una realidad creciente, es hora de hacer valer el papel esencial de la RHS. Su labor incansable y su capacidad para adaptarse a los desafíos cotidianos son piedras angulares para garantizar que las personas mayores reciban el cuidado digno y de calidad que merecen.