Duelo y pérdidas emocionales de personas y familiares cuando se ingresa en una residencia

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Ingresar a un familiar en una residencia para personas mayores es una experiencia emocionalmente abrumadora para muchas familias. Este proceso puede generar sentimientos de culpa, ansiedad y tristeza tanto a los familiares como a las personas mayores. También supone un duelo, y una gestión de lo que implica vivir en un sitio que no es el hogar.

Para comprender y gestionar estos desafíos emocionales hemos hablado con Cristina Páez, Trabajadora Social Sanitaria en Grup Mutuam. En sus palabras “hablar abiertamente sobre el envejecimiento y las etapas finales de la vida ayuda a normalizar estos temas ya reducir la ansiedad y la culpa cuando llega el momento de tomar decisiones difíciles”.

Dos situaciones, dos enfoques

Para comprender el proceso de ingreso en una residencia, es crucial diferenciar entre dos situaciones. Por un lado, están las circunstancias repentinas , como accidentes, enfermedades graves o intervenciones quirúrgicas inesperadas. Éstas pueden requerir un ingreso temporal o permanente en un centro residencial. Por otra parte, están las situaciones en las que el deterioro físico y cognitivo de un ser querido ha sido progresivo. En estos casos, son los familiares quienes consideran la posibilidad de ingresar a esta persona en una residencia.

En el segundo escenario, uno de los desafíos más complejos es la necesidad de llegar a un consenso entre los miembros de la familia cuando no todos valoran la misma opción. Algunos pueden estar de acuerdo y ver la necesidad de ingreso, mientras que otros pueden tener dudas o estar en desacuerdo. Esta diversidad de opiniones puede crear tensiones y conflictos familiares, lo que convierte esta etapa en un desafío emocional adicional.

Hablamos para naturalizar y gestionar las emociones

«Sacar del hogar a un miembro de la familia siempre es un proceso doloroso», explica Páez. Durante ese proceso, además, suelen surgir dos emociones en las familias: la responsabilidad y la culpa.

La responsabilidad implica asegurarse de que la persona reciba la atención y el cuidado adecuados. La culpa está relacionada con la idea de «abandonar» a la persona en una residencia, de ser «mala hija» o «mal hijo». Hablar de los procesos naturales del envejecimiento y el final de la vida como parte de la vida es la mejor forma de naturalizar algo que, seguro, que nos llegará.

Uno de los consejos clave para las familias que enfrentan la posibilidad de ingresar a un familiar en una residencia es iniciar el proceso de planificación y comunicación lo antes posible . Involucrar a la persona en la toma de decisiones puede ayudar a mitigar el sentimiento de culpa. Sin embargo, esto puede resultar complicado si la capacidad cognitiva está gravemente afectada y la persona no puede expresar sus deseos con claridad. En estos casos, la familia actúa en función de lo que creen que su familiar hubiera deseado. Por eso es tan importante hablar de estos temas mientras se mantiene la salud mental.

Discutir los aspectos positivos y negativos del cambio de residencia, así como visitar distintas residencias juntos, puede facilitar una transición más suave. Aunque las opiniones pueden ser divergentes, es preferible que se expresen y se consideren en lugar de reprimirse.

Aspectos clave en el proceso de ingreso en una residencia

El proceso de ingreso óptimo, por unos y por otros, pide estar muy bien informado de todo lo que implica. Los procedimientos administrativos, el tiempo de resolución de la petición de una plaza de residencia pública o privada; los diferentes servicios a los que pueden optar (atención al hogar, centro de día, apartamentos, viviendas tuteladas, etc.). En este sentido, es clave aclarar aspectos legales y jurídicos (testamentos, últimas voluntades, herencias, poderes legales, etc.).

Aparte de la información administrativa, es necesario saber cómo se vive en una residencia para elegir una. Y, para saberlo, es necesario visitar diferentes equipamientos con la persona mayor , en la medida de lo posible. De esta forma, podrá expresar su opinión hacia el servicio visitado. Si no es posible, es la familia quien debe explicar que está valorando diferentes residencias para darle una mejor calidad de vida.

Además, es crucial ir preparando a la persona en este proceso y explicárselo todo bien. “De la misma manera que nunca se nos ocurriría matricular a una criatura en una escuela nueva sin explicárselo bien, tampoco podemos hacer esto con una persona mayor” dice Páez. Deberemos ir transitando por esta nueva etapa juntos, haciéndonos cargo de las emociones que vivimos como familiares y de cómo lo está viviendo la persona afectada.

Detalles que importan

Páez destaca: «un aspecto que a menudo se pasa por alto, pero que es de gran importancia es el cuidado de las mascotas, sea un perro, un gato o un pajarito». Las personas mayores pueden tener mascotas que representan una parte significativa de sus vidas. Tener en cuenta qué sucederá con los animales cuando la persona ingrese en una residencia es primordial, y su cuidado debe ser una prioridad en la planificación.

El impacto emocional para los residentes y las familias

“Mudarse a una residencia es todo un proceso de duelo. La palabra ya lo dice: “mudarse”, dejar atrás el vestido que se llevaba para vestirse con una nueva muda”.

La persona mayor que se muda a una residencia deja atrás su casa y su vida. Deja atrás su barrio, sus relaciones sociales y vecinales y, en definitiva, todo lo que ha construido a lo largo de los años. Esta pérdida viene seguida de un ingreso en un sitio nuevo, un servicio donde debe convivir con personas nuevas y con profesionales. Debe aceptar nuevas normativas, nuevos horarios y nuevas rutinas y esto, a menudo, no es fácil.

Para paliar este duelo hay que acompañarles, en primer lugar, haciendo visible todas las pérdidas que pueden ser representativas él o ella. Y, en segundo lugar, es necesario que les ayudemos a visibilizar todas las ganancias que un centro asistencial les puede ofrecer.

La preparación emocional es esencial, tanto para los familiares como para la persona que ingresa en la residencia. “A pesar de todo, nadie te ahorra los sentimientos de culpa, confusión, responsabilidad, etc., que aparecen en este proceso de decisión”, señala Páez. «Son emociones y sentimientos naturales». Para las familias, el proceso de ingreso es emocionalmente desafiante porque «se vive como un abandono o un desentendimiento». En este sentido, buscar apoyo profesional puede ser muy útil. Los/las trabajadores/as sociales de salud pueden ofrecer esa orientación y apoyo a las familias.

El papel del/de la trabajador/a social sanitaria

El equipo de profesionales de trabajo social sanitario desempeña un papel fundamental en este proceso. Su función es acompañar a las familias y las personas mayores y detectar, legitimar y normalizar emociones y sentimientos que surgen en todos estos procesos de duelo no reconocidos. Estos profesionales están capacitados para brindar apoyo emocional y orientación práctica a las familias mientras navegan por el proceso de ingreso en una residencia.

«Los profesionales que estamos en torno a estos procesos y de esta etapa del final de la vida, a menudo, intervenimos cuando detectamos a personas mayores y familiares muy resistentes a hablar. Si nos dejan, acompañamos a familias que se perpetran en la negación más absoluta o que viven ese proceso con un dolor intenso y con confusión y desorientación profunda», dice Páez.

Es necesario que cambiemos la percepción de las residencias y del envejecimiento

Para superar la estigmatización de las residencias de personas mayores y entenderlas como una opción de calidad y natural, “ es necesario un cambio profundo en la percepción de la vejez y el envejecimiento en la sociedad” . Vivimos en una sociedad abocada a la idealización de la juventud y el éxito”, dice Páez. «Hay que llevar a cabo campañas que pongan el foco en la riqueza de las personas mayores, en la fortaleza de sus historias de vida. Hay que dar importancia a la gente mayor en la crianza de los nietos y de la tribu”.

En paralelo, «es necesario también que empecemos todos a entender y a ver la parte positiva de recibir cuidados de profesionales y de servicios, y no sólo del núcleo familiar. Los tiempos van cambiando y esta mirada también es importante que evolucione.«

Páez añade que «hay que desarrollar modelos residenciales más modernos e inclusivos que promuevan la interacción social y ofrecerlos como alternativa a la soledad y el individualismo». «También hay que dar más importancia al tema de los cuidados y que éstos dejen de feminizarse».

El proceso de ingresar a un ser querido en una residencia es una experiencia compleja y emocional. Requiere una comunicación abierta, una planificación esmerada y, en ocasiones, el apoyo de profesionales. Comprender que el ingreso en una residencia es un duelo y ponerle nombre a las cosas ayuda a hacer frente a todas las emociones que se desprenden. Y, sobre todo, ayuda a poder transitar esta etapa de una forma más saludable. Por lo que respecta a las familias, entender también que sentimientos de culpa y ansiedad son reacciones naturales ayuda a abordarlos de forma efectiva. La clave está en la empatía, el respeto y la preparación emocional de todos y todas.

Cristina Páez

Trabajadora Social Sanitaria en Grup Mutuam.

La fisioterapia para personas mayores: consejos y hábitos para una vida saludable

fisioterapia gent gran

A medida que envejecemos, mantener una vida activa y saludable se convierte en un objetivo esencial. Durante la tercera edad la movilidad y la salud cobran un significado especial, porque de ellas depende, en gran medida, nuestra autonomía.

Alejandra Rodríguez, fisioterapeuta del Centro Residencial Mutuam Manresa, nos da algunas pautas y consejos para evitar el sedentarismo y disfrutar de una vida activa a medida que envejecemos. Lo importante, según sus más de 14 años experiencia: mantener la actitud y la motivación para sentirse y verse físicamente saludable.

Los beneficios de la fisioterapia para personas mayores

El beneficio más destacable (e imprescindible) para este colectivo es, sin duda alguna, la preservación de la autonomía y la promoción del movimiento. Mejorar la autonomía diaria permite que las personas sigan realizando acciones esenciales, como peinarse, vestirse y conservar su independencia en actividades básicas y fundamentales. Además ayuda a reducir el dolor muscular y articular, a mantener y aumentar la fuerza muscular ya mejorar el equilibrio y la coordinación para prevenir caídas.

La fisioterapia desempeña un papel crucial en la recuperación de la funcionalidad y la autonomía en la vida diaria. Después de una lesión o enfermedad, ayuda a restaurar la funcionalidad perdida, permitiendo a las personas mantener su independencia. Asimismo, es una herramienta muy útil para personas que cuidan de familiares dependientes, puesto que les proporciona formación para una buena higiene postural.

Lesiones y condiciones de salud comunes en personas mayores

En personas mayores, el dolor es un problema recurrente, muchas veces causado por malos movimientos, posturas prolongadas, sedentarismo o patologías preexistentes. Entre las lesiones y condiciones de salud más comunes se encuentran la lumbalgia, el dolor de espalda, los problemas articulares y el dolor por artrosis. También es frecuente la rehabilitación de postoperatorios después de un reemplazo articular de cadera o de rodilla.

Aparte, algunas patologías neurológicas como el accidente cerebrovascular (ACV), las hemiplejías o enfermedades como el Alzheimer o el Parkinson, pueden afectar a la marcha y al equilibrio.

¿Qué ejercicios podemos realizar para mejorar la movilidad y la fuerza?

La elección de ejercicios y terapias debe basarse en las preferencias de la persona mayor. Como indica claramente Rodriguez, “antes de recomendar cualquier ejercicio debemos preguntar siempre qué actividad física o ejercicio le gustaría realizar a la persona mayor que tenemos en casa. Es muy importante conocer sus gustos y preferencias porque sus resultados dependerán de su colaboración y de su motivación.

Así, a las personas que nunca han hecho ejercicio es necesario acompañarlas a que descubran poco a poco los beneficios que le aporta practicar actividad física. En personas que ya tienen un hábito, el acompañamiento es más sencillo porque sólo es necesario crear una nueva rutina y motivarla para mantener en movimiento.

Por lo general, se recomienda empezar con actividades suaves, como caminar al aire libre durante 30 minutos, tres veces por semana. Con el tiempo, puede aumentarse la intensidad y la distancia. Otras opciones incluyen la marcha nórdica con bastones, subir y bajar escaleras, montar en bicicleta, nadar, bailar, practicar yoga o taichí.

Las actividades que implican ejercicios de equilibrio y de fuerza donde se usen mancuernas o bandas elásticas es aconsejable que se lleven a cabo con supervisión fisioterapéutica. Así, podremos diseñar un programa adaptado a la condición de cada persona y evitar lesiones por una mala práctica o por el desconocimiento de las técnicas.

Fisioterapia personas mayores

La fisioterapia, una aliada para prevenir caídas

Las caídas son la causa principal de lesiones en las personas mayores, especialmente entre las mujeres, según datos del gobierno de España . Mantener la actividad física por tener unas piernas fuertes y mejorar el equilibrio son claves para prevenir las caídas en personas mayores.

La fisioterapia desempeña un papel fundamental en la prevención y el análisis de las causas de las caídas. Y es que, ¿cómo podemos prevenir algo que no sabemos por qué ocurre? Por ello, es necesario evaluar, primero, los factores intrínsecos que pueden favorecer las caídas, como el equilibrio, la marcha o la agudeza visual. Y segundo, analizar otros factores extrínsecos como son el calzado, el tipo de ropa (que permita movilidad y no entorpezca), el uso de pañal, etc. En personas mayores es muy importante este análisis para detectar los factores de riesgo individuales. El soporte familiar y la supervisión de un fisioterapeuta son esenciales en esta tarea.

Fuera de casa también debemos tener en cuenta algunas cosas para poder tomar medidas preventivas. El mal estado de las calles, las aceras estrechas o demasiado altas o el acceso al transporte público son causas frecuentes de caídas.

Adaptamos nuestro hogar para hacerlo más seguro

El entorno del hogar puede adaptarse para mejorar la seguridad y movilidad de las personas mayores tomando medidas muy sencillas. Factores como la iluminación, el mobiliario, la altura de la cama y la ausencia de obstáculos deben considerarse cuidadosamente. En este sentido, es fundamental evitar tener objetos en el suelo (cables u otros elementos que nos hagan tropezar) y evitar las alfombras. También debemos tener en cuenta si hay bañera y sustituirla, si es posible, por un plato de ducha.

Otras medidas sencillas que pueden marcar la diferencia son los protectores para la cabeza o la cadera, el calzado de andar por casa o las barandillas para la cama. Éstas no deben ser restrictivas, puesto que pueden alterar o agitar a la persona. En cuanto a medidas tecnológicas, actualmente existen también sensores de movimiento que nos avisan si la persona ha sufrido una caída para que podamos ir como antes.

La importancia de la higiene postural

El principal objetivo de la higiene postural es prevenir y reducir la carga y los daños en la columna vertebral. Alejandra Rodríguez recomienda a sus pacientes que sean conscientes de la posición de su cuerpo cuando están de pie, cuando caminan, al sentarse y mantenerse sentados, cuando hacen determinado movimiento… Esta conciencia sobre el propio cuerpo y evitar moverse con prisa ayudará a prevenir lesiones y sobrecargas.

Mantener una postura adecuada a la silla, cuando estamos de pie y cuando estamos estirados, así como cambiar de postura y de actividad con regularidad nos será de gran ayuda. También el uso de almohadas es una buena alternativa, ya que contribuye a mantener una postura correcta y confortable.

En personas que, por su patología, necesitan estar encamadas, deben realizarse los cambios posturales cada 2 o 3 horas. En este caso, es importante que las personas que cuidan de familiares mayores dependientes tengan conocimientos adecuados para evitar lesiones a la hora de realizar estas movilizaciones. Para ello, la fisioterapia es una herramienta clave.

¿Cómo sé si necesito ayuda de un fisioterapeuta?

La fisioterapia no sólo trata lesiones sino que, también, desempeña un papel preventivo crucial. Ya sea en nosotros mismos en las personas mayores con las que convivimos es recomendable buscar ayuda de un fisioterapeuta si notamos cambios en la autonomía. Nos referimos a dificultades para llevar a cabo actividades básicas diarias, problemas de inestabilidad cuando estamos de pie o si caemos con frecuencia. En todos estos casos, la ayuda fisioterapéutica puede ser determinante.

Una señal habitual también podemos encontrarla en los cambios a la hora de andar, sea por disminución de la coordinación o de las ganas de hacerlo. Si salir de paseo se convierte en un problema, es necesario contactar con un profesional.

En resumen, la fisioterapia y el enfoque preventivo desempeñan un papel crucial en el bienestar durante la tercera edad. El consejo más valioso que Alejandra Rodríguez brinda a las personas mayores es mantener la actitud y la motivación por mantenerse activos físicamente. El ejercicio tiene múltiples beneficios, nos permite llegar en mejores condiciones y ayuda a conservar la autonomía y la independencia. Descubrir actividades que generen bienestar y sentirse capaces de realizarlas es esencial. Mantener una vida social activa, cuidar el bienestar emocional y psicológico y consultar con profesionales de la salud son pasos importantes para envejecer con calidad.

Alejandra Rodríguez
Fisioterapeuta en el Centro Residencial Mutuam Manresa

Cuidar de quien cuida

Cuidar qui cuida: consells per a cuidadors

¿Cómo estar bien cuando somos nosotros quienes cuidamos?

Cuidar a una persona mayor dependiente es un proceso largo, una carrera de fondo que suele ser agotadora. En la mayoría de los casos, los cuidadores son familiares cercanos, como el cónyuge o los hijos e hijas de la persona a la que cuidan. Esto implica que los propios cuidadores suelen tener una edad similar a la de la persona dependiente. Esta situación plantea desafíos adicionales, puesto que el cuidador también puede enfrentar sus propias dificultades de salud relacionadas con la edad . Por eso, es esencial tener en cuenta esta realidad y reconocer que los cuidadores también necesitan apoyo y cuidado. Meritxell Naudeillo, jefe del servicio de psicología de los EAPS Mutuam y formadora de la Escuela de cuidadores, nos da algunos consejos para aprender a cuidarnos.

Debemos cuidarnos porque cuidamos y porque lo merecemos

Cuidar a personas mayores dependientes implica una serie de cargas físicas y emocionales. Las cargas físicas pueden aliviarse con la ayuda de cuidadores formales, quienes ofrecen soporte logístico y organizativo. Sin embargo, el desgaste emocional y psicológico es lo más difícil de soportar. Además, a menudo lleva al aislamiento social, puesto que el cuidador tiende a dejar su vida y actividades para centrarse exclusivamente en el otro. Con este contexto, se hace más necesario que nunca ser responsable consigo mismo y velar por nuestra salud física, emocional y psicológica. Cuidar a uno mismo es un derecho y una necesidad para mantener una buena calidad de vida. Sin embargo, a pesar de ser un derecho, a menudo, los cuidadores se sienten culpables por dedicar tiempo a sus propias necesidades.

La culpa por tomar un respiro

El sentimiento de culpa es una carga emocional habitual que suele surgir cuando tomamos espacios para cuidarnos. Creer que no estamos haciendo suficiente o que estamos dejando de atender plenamente a las necesidades del otro son pensamientos frecuentes. Sin embargo, es importante recalcar que ese sentimiento de culpa no tiene un fundamento real. La enfermedad y la dependencia son situaciones difíciles de controlar o detener. A veces, nos encontramos impotentes ante el curso de la enfermedad y nos culpamos por no poder hacer más. Es necesario que entendamos que nuestra capacidad tiene límites, y que no podemos asumir la responsabilidad completa de la enfermedad de otra persona. Reconocer nuestras limitaciones nos ayuda a librarnos de la culpa y nos permite enfocarnos en ofrecer la mejor atención dentro de nuestras posibilidades. Cuidarnos nosotros mismos es una parte integral del cuidado global. Tenemos derechos y necesidades legítimas, y atender a nuestro bienestar físico, emocional y mental no es egoísta. Todo lo contrario: es imprescindible para mantener nuestro bienestar y prevenir el agotamiento y deterioro de nuestra propia salud.

¿Por dónde empezamos a cuidarnos?

Como explica Meritxell Naudeillo, “es fundamental identificar cuáles son nuestras fuentes de estrés, ya que éstas varían de una persona a otra”. Una fuente de estrés habitual en familiares que cuidan de personas con alteraciones cognitivas es la incertidumbre . Por eso, debemos informarnos sobre la enfermedad de esta persona, qué podemos esperar, cómo evolucionará y qué recursos tenemos a nuestra disposición. Otra fuente de estrés habitual es la falta de preparación a la hora de afrontar la enfermedad. No saber qué necesita la persona (sobre todo si, por el deterioro cognitivo pierde la capacidad de comunicarse) genera mucho malestar emocional y angustia. Por todo ello, debemos solicitar el máximo de información y de recursos.

Señales inequívocas que debemos prestar atención de nosotros

Aunque cada persona es diferente, existen toda una serie de señales que indican cuándo debemos prestar más atención a nuestros propios cuidados, como:

  • Pérdida de interés y motivación por las cosas.
  • Aislamiento social y disminución de las relaciones y actividades habituales.
  • Sentimientos de tristeza, irritabilidad, agresividad o emociones negativas hacia la persona que cuidamos.
  • Episodios de ansiedad, depresión, apatía, entre otros.
  • Cambios drásticos de peso o alteraciones en el patrón de ensueño.
  • Pensamientos como "sólo puedo cuidar yo, los demás no saben o no lo hacen bien".
  • Agotamiento físico y psíquico y propensión a enfermar (a resfriarse más, a sufrir lumbalgia y lesiones similares)

Ante cualquiera de estas señales debemos pedir ayuda y buscar recursos que tengamos a nuestro alcance. Sólo así podremos encontrar espacios y momentos de descarga para soportar mejor la situación.

Los puntos clave para soportar el estrés

¿Qué medidas podemos tomar para gestionar mejor nuestro día a día? ¿Cómo hacernos la vida más fácil? Para ayudarnos a gestionar el agotamiento emocional y el estrés, podemos implementar las siguientes medidas:

  1. Pedir ayuda. No cargarse con todas las responsabilidades y buscar apoyo en familiares, amigos y servicios de cuidadores profesionales o voluntarios.
  2. Obtener información completa sobre la enfermedad y su evolución. Como dice Naudeillo, "reducir la incertidumbre es reducir el estrés".
  3. Planificar las actividades y citas médicas que debemos llevar a cabo con anticipación. Así, podremos organizarnos de forma efectiva.
  4. Cuidar nuestra salud física y emocional dedicando tiempo necesario a descansar y dormir. Salir de casa, hacer ejercicio regularmente, seguir una alimentación equilibrada y, sobre todo, seguir atendiendo a nuestras citas médicas.
  5. Mantener relaciones sociales y actividades. Es importante conservar nuestros espacios de ocio que nos distraen y nos conectan con nosotros mismos. No debemos abandonar nuestras aficiones, pero tampoco sobrecargarnos con nuevas responsabilidades.
  6. Solicitar ayudas sociales y recursos disponibles. Es necesario conocer y aprovechar todos los recursos disponibles para aliviar la carga, desde centros de día hasta entidades de voluntarios o ayudas a domicilio .
  7. Buscar formación y soporte en instituciones especializadas. La Escola de Cuidadors ofrece talleres gratuitos que pueden ser de gran ayuda para cuidadores no profesionales y voluntarios.

Cuidar a personas mayores dependientes requiere un esfuerzo significativo, pero el cuidado de uno mismo no debe pasarse por alto. "El hecho de cuidar implica generosidad, valentía y compromiso", como dice Naudeillo, y este compromiso debemos asumirlo tanto con la persona a la que asistimos como con nosotros mismos. Porque la propia salud y el bienestar son derechos fundamentales y, al mismo tiempo, el recurso poder atender a quien lo necesita. Con la colaboración de Meritxell Naudeillo, psicóloga general sanitaria y psicóloga en cuidados paliativos que coordina los EAPS Mutuam y el Programa Final de Vida.

Cómo elegir residencia para personas mayores: consejos y recomendaciones para tomar la mejor decisión

Elegir residencia para personas mayores: consejos y recomendaciones.

Elegir una residencia para nuestros familiares suele ser una decisión difícil y emotiva. Aparte de las reticencias de muchas personas a la hora de abandonar el hogar, sus familias atraviesan también emociones complejas. Sin embargo, a menudo es la mejor opción para que tanto la persona como la familia tengan la mejor calidad de vida posible. ¿Qué debe tener una buena residencia para personas mayores? ¿En qué debemos fijarnos? Para ayudarle con estas y otras dudas, hemos elaborado una lista de criterios para tener en cuenta a la hora de elegir una residencia. Y también, algunos consejos y recomendaciones para que tome la mejor decisión.

¿Qué hay que tener en cuenta a la hora de echar una residencia para personas mayores?

  1. La ubicación , aunque no lo parezca, es un aspecto muy importante. Busque una residencia que esté convenientemente situada cerca de su domicilio o de otros familiares. De esta forma, se facilitan las visitas y se mantiene el contacto con la familia y los amigos. Que esté bien comunicado, sobre todo mediante transporte público, y en un entorno urbano también ayuda a la hora de hacer más fáciles las visitas y poder participar en la comunidad.
  1. Las instalaciones y los servicios : una buena residencia para personas mayores debe ofrecer una atención y servicios adecuados a sus necesidades. Asegúrese de que disponga de instalaciones adecuadas, como habitaciones cómodas y confortables, y que sean accesibles para personas con movilidad reducida. También es importante que haya áreas comunes acogedoras y que tenga cocina propia que ofrezca comidas caseras y nutritivas, adaptadas a los requerimientos dietéticos específicos que puedan tener los residentes.
  1. El personal . La asistencia sanitaria en una residencia de ancianos es básica. Por eso, es importante que verifique que la que elija cuenta con un equipo de servicios médicos y de enfermería profesionales. Un equipo técnico de fisioterapeutas y de atención psicológica también es un factor clave a tener en cuenta. Por otro lado, mire que la plantilla sea fija y haya poca rotación para asegurar que quien trabaja tiene un buen conocimiento de los residentes. 
  1. El modelo de atención. Conocer el modelo de atención de una residencia para personas mayores es esencial para saber si su forma de cuidar se alinea con nuestras expectativas y nuestros valores. Por ejemplo, será importante preguntar si se promueve la autonomía de la persona o si se realizan contenciones físicas. En Grup Mutuam trabajamos según la ACP, un modelo asistencial que pone a las personas en el centro y tiene en cuenta su individualidad. También estamos comprometidos con la “Norma Libera care” impulsada por la Fundación Cuidados Dignos, que aboga por eliminar las sujeciones. 
  1. El coste y el modelo de contrato : aparte de conocer el coste y el modelo de contrato que se va a firmar, es recomendable preguntar si la residencia, aunque sea privada, dispone de plazas con financiación pública, llamadas concertadas o colaboradoras. También debe tenerse en cuenta si hay lista de espera y si se pueden pedir ayudas de la ley de dependencia como la prestación económica vinculada al servicio , que se otorga en determinados casos en los que la persona no puede acceder a una plaza pública o concertada por falta de disponibilidad. 
  1. Las actividades que ofrecen deben ser adecuadas a las necesidades e intereses de las personas mayores y adaptadas a las diferentes tipologías de residentes. Le recomendamos que pregunte y eche un vistazo a los espacios comunes y al plan actividades que se lleva a cabo. 
  1. La higiene y la seguridad son dos aspectos fundamentales y básicos a la hora de elegir una residencia para personas mayores. Compruebe que adopta todas las medidas de higiene y protección adecuadas para garantizar la salud y la seguridad de los residentes. En Grup Mutuam, por ejemplo contamos con comisiones y grupos de trabajo de profesionales específicamente dedicados a velar por su seguridad. 
  1. La privacidad es un aspecto fundamental de nuestro día a día. Por eso, disponer de áreas tranquilas donde la persona pueda tener privacidad con las visitas, dentro de lo posible, es un factor que debemos considerar.
  1. Unos horarios de visita flexibles , que permitan la entrada y la salida libres, ir a comer o irse de fin de semana o de vacaciones son un factor clave. Ayudan a mantener la autonomía y relaciones con su entorno. 
  1. La personalización del espacio

    con objetos y muebles propios es una de las formas que tenemos en Grup Mutuam de ofrecer una atención centrada en la persona y mejorar su acogida. Por eso, es necesario conocer si existe esta posibilidad para asegurar que los residentes mantengan el vínculo con el hogar.

Los centros de Grupo Mutuam

Es importante comprender que optar por una residencia para personas mayores no implica abandonar a nuestro ser querido sino todo lo contrario. En muchos casos, es la mejor opción para garantizar su bienestar y asegurarnos de que recibirá atención especializada y constante, además de actividades de ocio adaptadas a sus necesidades . El hecho de que la familia no tenga que asumir todas las tareas de cuidado también hará que pueda dedicarle más tiempo de calidad a compartir momentos especiales con la persona. Grupo Mutuam cuenta con 11 equipamientos residenciales en las provincias de Barcelona y Tarragona entre los propios y los de la Generalidad de Cataluña que gestiona. En todos ellos se pueden realizar estancias indefinidas o temporales según las necesidades de cada persona. Todas las residencias para personas mayores del Grupo disponen de personal calificado que ofrece no sólo atención sanitaria, sino también empatía y proximidad. Y es que nuestro modelo residencial va más allá de ofrecer cuidados y servicios sanitarios. En Grup Mutuam velamos por la dignidad y el respeto hacia los hábitos de cada residente. Por eso, realizamos conjuntamente con cada persona usuaria un Plan de atención individual . En él, recogemos sus gustos, preferencias e historia de vida para hacer una buena acogida desde el día del ingreso y que así se sienta como en casa. Y es que, para nosotros, la mejor asistencia es la que contempla tanto las necesidades de las personas como su singularidad . Elegir residencia para personas mayores: consejos y recomendaciones

Elegir bien por su tranquilidad y su vuestra

En las residencias de Grup Mutuam, además de cuidar de las personas nos ocupamos de fomentar su autonomía, la socialización y de respetar su proyecto vital . Porque queremos que las familias se queden tranquilas sabiendo que sus padres, madres, abuelos y abuelas están en las mejores manos, ponemos a su alcance el Servicio de Orientación Social , que le ayudará a encontrar el recurso más adecuado para su caso. Al final, lo más importante para nosotros es que usuarios y familias tome la decisión que le aporte seguridad y calidad de vida a ambos. Con la colaboración de Silvia Aguerri (Servicio de Orientación Social); Dolor Cabré (Directora del Centro Asistencial Mutuam La Creueta) y Montse Camprubí (Directora del Centro Residencial Mutuam Manresa) Nuestro Servicio de Orientación Social está disponible para asesorarle y apoyarle. No dude en llamar al 933 800 970 para obtener información adicional y resolver cualquier inquietud que pueda tener.

Cuidadores a domicilio para personas mayores durante las vacaciones: un respiro familiar necesario

Cuidadores a domicilio para personas mayores durante las vacaciones

¿Qué hacemos si tenemos un familiar mayor y dependiente, que no puede venir con nosotros y necesita ayuda? Esta es una de las preocupaciones más habituales cuando llega el momento de planificar las vacaciones familiares.

Ya sea por limitaciones físicas o porque la propia persona así lo decide, a veces puede resultar difícil dejar a los padres o abuelos en casa. Para estos casos, contáis con diferentes opciones de cuidado profesional, entre ellas, Mutuam a Casa. Se trata de un servicio de cuidadores a domicilio que da cobertura en la ciudad de Barcelona y sus alrededores, pensado para que podáis disfrutar de vuestras vacaciones sabiendo que, en casa, todo sigue bien.

El reto de las vacaciones y el cuidado de los familiares

Para muchas familias, el momento de planificar las vacaciones se complica cuando tienen a su cargo una persona mayor que necesita atención de forma regular. Contar con un cuidador o cuidadora para personas mayores a domicilio puede ser el aliado perfecto para esta situación. Tanto si hace falta ayuda puntual como si la persona cuidadora habitual se marcha también de vacaciones, podremos cubrir las necesidades de la toda familia. Así, podréis iros y descansar unos días sin pesar y con total tranquilidad.

Y es que las tareas de cuidados son agotadoras física y emocionalmente, y si no se toman períodos de descanso, nuestra salud puede verse afectada. Por eso es crucial tener un respiro familiar y reanudar el cuidado de nuestro familiar con las energías renovadas.

Grupo Mutuam, cuidadores a domicilio de confianza

Para todas aquellas personas con cierto grado de autonomía, pero que necesitan apoyo durante algunas horas al día para desarrollar sus actividades cotidianas, podéis contar con Mutuam a Casa. Es una solución idónea para aquellas familias que necesitan ayuda temporal durante las vacaciones o sustituir a la persona cuidadora.

¿Y si sólo hace falta que se le acompañe al médico o a salir a dar una vuelta? ¿Y si es necesario que vaya alguien a hacerle todas las comidas? Mutuam a casa se adapta a las necesidades específicas de cada persona. De esta manera, su familiar contará con ayuda para las actividades de su vida diaria que sean necesarias. Ya sea higiene personal, supervisión de la medicación, limpieza de la casa o acompañamientos en salidas, con un cuidador a domicilio estará todo cubierto. Además ofrecemos otros servicios complementarios como podología o fisioterapia para un cuidado integral.

Cuando recibir ayuda se hace difícil

Es habitual que a muchas personas mayores les cueste aceptar que necesitan ayuda externa y, también, que les dé miedo permitir que alguien que no conocen entre en casa para ayudarlas. Es por ello que seleccionamos cuidadosamente a nuestros cuidadores y cuidadoras familiares y velamos por el respeto y la dignidad de las personas. La atención personalizada y cercana ayuda a superar las barreras iniciales y permite que las personas mayores se sientan cómodas y seguras al recibir ayuda en su propio hogar. Además, si los usuarias o usuarias no se sienten a gusto con el cuidador que se les ha asignado, existe la posibilidad de cambiar de profesional.

Mutuam a Casa proporciona una asistencia adaptada a cada persona y tiene como premisa fomentar la autonomía y adaptarse a sus preferencias y rutinas. Testimonios como el de la Victoria o la satisfacción de las más de cuatrocientas personas que atendemos cada año nos avalan.

¿Tienes dudas? Las resolvemos y te orientamos

Es normal tener dudas sobre qué tipo de ayuda es la más adecuada para nuestro familiar dependiente en vacaciones. Por eso, ante cualquier pregunta, ponemos a su disposición el Servicio de Orientación Social. Llamando al 93 380 09 70 nuestro equipo de orientadoras sociales resolverán todas vuestras inquietudes.

¿No tenéis claro si necesitáis el servicio domiciliario, una estancia temporal en una residencia o cualquier otra alternativa de cuidado? El Servicio de Orientación Social os ayudará a encontrar la solución más adecuada a vuestro caso particular. Porque nuestra misión es cuidar de vuestro familiar y acompañaros durante el proceso para que toméis la mejor decisión. Así, disfrutaréis de las vacaciones sabiendo que vuestros padres, madres, abuelas y abuelos están bien atendidos.

Confianza y profesionalidad para tu tranquilidad

Cuando llega el momento de disfrutar de unas vacaciones en familia, no debemos sentirnos culpables por separarnos de un familiar dependiente o que necesita asistencia en determinadas ocasiones. Los servicios de cuidadores a domicilio de Mutuam a Casa garantizan que vuestros seres queridos reciban una atención de calidad y personalizada durante vuestra ausencia.

Además, es importante recordar que como cuidadores también merecemos un período de descanso y un respiro familiar para evitar la sobrecarga. Por ello, disponéis de una amplia gama de servicios y de profesionales cualificados que se asegurarán de cuidar debidamente a vuestro familiar. Disfrutad plenamente de vuestras vacaciones con la confianza de saber que está en las mejores manos.

Ponte en contacto con el Servicio de Orientación Social por teléfono al 93 380 09 50 o por correo electrónico a tamara.koyik@mutuam.com. Si quieres saber más sobre cómo cuidar a las personas mayores en verano de la mejor manera, no te pierdas Servicios y soluciones para unas vacaciones tranquilas y Estancias temporales en residencias, una buena opción cada vez más frecuente .

Todo lo que necesitas saber sobre las pensiones de jubilación

Jubilació i pensions

Uno de los temas más importantes y que genera mayor inquietud en las personas en edad de jubilación son las pensiones. Tanto si se acerca el momento de jubilarnos como si ya estamos disfrutando de esta etapa, es fundamental tener claros algunos conceptos básicos para entender bien cómo funciona el sistema de pensiones. Saber de dónde salen, qué es el coeficiente de revalorización o qué cambios podemos esperar, puede ayudarnos a gestionar mejor nuestros ingresos y a vivir con mayor tranquilidad.

Te explicamos con detalle todo lo que necesitas saber para entender bien tus derechos de la mano de Joan Buscà, economista, profesor emérito de la Universidad de Barcelona y colaborador en la Fundación SECOT.

¿Qué son las pensiones de jubilación?

Las pensiones de jubilación son los ingresos económicos que reciben los ciudadanos y ciudadanas que cumplen con los requisitos legales en España al finalizar su vida laboral (artículo 50 de la Constitución). Estas pensiones tienen como principal objetivo garantizarles un nivel de vida adecuado y ofrecerles seguridad financiera durante su retiro.

Existen diferentes tipos de pensiones en función de lo que cada persona haya cotizado durante su vida laboral, ya sea como persona asalariada, trabajadora autónoma, ama de casa, persona emprendedora, etc.

En España, el sistema de pensiones está apoyado por el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) y se financia a través de las contribuciones de los trabajadores y empleadores. En otras palabras, son ingresos que se derivan de los impuestos de los que la Administración recauda de las personas que trabajan.

Pensiones contributivas y no contributivas. ¿Cuál me corresponde?

Para empezar, es necesario tener clara la diferencia entre las pensiones contributivas y no contributivas en el contexto del sistema de pensiones español. Las pensiones contributivas son aquellas que se basan en las cotizaciones que han realizado los trabajadores y trabajadoras durante su vida laboral. Por tanto, cuanto mayor sea el número de años cotizados y los ingresos obtenidos, mayor será la pensión de jubilación.

Por otra parte, las pensiones no contributivas son aquéllas que se cobran sin que se hayan pagado durante la vida laboral. Es decir, son las pensiones que se otorgan a personas que no han podido contribuir lo suficiente como para recibir una pensión contributiva adecuada. Estas pensiones están pensadas para garantizar unos ingresos mínimos a los que nunca han cotizado, o no han podido trabajar el mínimo de años que se requieren para recibir la pensión contributiva.

Tres conceptos clave sobre las pensiones: cálculo, impuestos y revalorización

El cálculo de las pensiones de jubilación en España se basa en una serie de factores determinados por la legislación vigente. Ante todo, hay que tener claros los dos conceptos en los que se basa este cálculo: los años cotizados y la base reguladora. Los años cotizados son el número de años que la persona ha estado afiliada y cotizando a la Seguridad Social. A su vez, la base reguladora es la media de las bases de cotización de los últimos años.

Para calcular la cantidad que se va a recibir, se tienen en cuenta los años cotizados y se aplica un porcentaje en función de estos. De forma orientativa, la sede electrónica de la Seguridad social pone a disposición de los ciudadanos y ciudadanas simuladores online para realizar este cálculo.

En este sentido, es importante tener presente que existen topes máximos y mínimos establecidos. Esto significa que, aunque hayamos cotizado durante muchos años y tengamos una base reguladora alta, la pensión estará limitada por estos topes.

En cuanto a la retención, al recibir una pensión de jubilación, parte de esa cantidad será retenida para el pago de impuestos. La retención se calcula en función del importe anual recibido y de la escala vigente de retenciones del IRPF. Estas retenciones serán aplicadas por la Seguridad Social y se deducirán directamente del importe mensual de la pensión.

¿Qué es el coeficiente de revalorización de las pensiones?

El coeficiente de revalorización de las pensiones es un mecanismo utilizado para ajustar el valor de las pensiones a lo largo del tiempo. Su principal objetivo es mantener el poder adquisitivo de las personas beneficiarias de las pensiones según la evolución de la economía y el coste de vida. Es decir, es un coeficiente vinculado a la inflación o, como expresa Buscà, «en la legislación actual es la media del IPC del año anterior».

Este mecanismo nace de la última reforma del sistema de pensiones español, que se hizo en 2021 y entró en vigor en 2022. Esta modificación vinculó el aumento de las pensiones a la media del IPC para garantizar que las pensiones se ajusten automáticamente al aumento de los precios. Una medida clave para proteger a las personas mayores de la inflación y asegurar que sus ingresos se mantengan adecuados con el paso del tiempo.

La pensión de jubilación en combinación con otras prestaciones

Muchas personas se preguntan a menudo si es compatible recibir una pensión de jubilación junto con otras prestaciones. Por lo general, en España es posible recibir simultáneamente la pensión de jubilación y otras pensione , siempre que el conjunto no sobrepase el límite establecido por la Ley de la Seguridad Social.

Así pues, y como norma general, recibir una pensión de jubilación es incompatible con el acto de trabajar, ya sea por cuenta propia o ajena, pero no con otras prestaciones de régimen no laboral, como la de viudedad o la incapacidad permanente total, por citar dos ejemplos.

¿Las pensiones suben? o ¿bajarán?

La subida de las pensiones es una cuestión que ocupa habitualmente los medios de comunicación y un motivo de inquietud para las personas jubiladas. Especialmente ahora, dado el aumento constante de la inflación que estamos viviendo, saber si se podrá mantener el poder adquisitivo o si, por el contrario, nuestros ingresos van a disminuir es una pregunta frecuente.

Como explica con claridad Joan Buscà, «desde diciembre de 2021 , la nueva Ley de la Seguridad Social deja claro que las pensiones, obligatoriamente, se revalorizarán con la media del IPC del año anterior». Por este motivo, y para garantizar el poder adquisitivo de las personas jubiladas, este año las pensiones contributivas han aumentado un 8,5% . Para la tranquilidad de las personas jubiladas, Buscà explica también que «si el importe de la media del IPC fuera negativa, las pensiones no bajarían».

Las pensiones de jubilación son una parte crucial del presente y futuro financiero de muchas personas. Por eso, comprender bien todos los aspectos relacionados con este tema es fundamental para planificar y gestionar adecuadamente nuestra jubilación. Estar al día de las novedades y modificaciones que vayan surgiendo, puede ayudarnos a preparar ya disfrutar de una jubilación afable y, sobre todo, informada.

Maltrato a las personas mayores: detectar, actuar y concienciar

Maltrato a las personas mayores

El maltrato a las personas mayores es una forma de violencia que, desgraciadamente, afecta a millones de personas en todo el mundo. Para concienciar sobre esta lacra social, la Asamblea General de las Naciones Unidas estableció el 15 de junio como el Día Mundial de Sensibilización sobre el maltrato a las personas mayores , una iniciativa que busca visibilizar este problema y promover su prevención y la detección precoz. Abordamos estas cuestiones con la ayuda de Jordi Muñoz, abogado y presidente de la asociación para la investigación del maltrato a personas mayores EIMA .

Qué es el maltrato a las personas mayores

Jordi Muñoz define el maltrato como cualquier acción u omisión de ésta que causa un perjuicio a la persona. La persona que inflige el abuso normalmente se aprovecha de la situación de vulnerabilidad de la víctima o de la relación de confianza que tiene con ésta. A escala mundial, se categoriza en siete tipos: físico, psicológico, sexual, abandono, negligencia, económico y vulneración de derechos. En cuanto a maltrato a las personas mayores, los que tienen mayor incidencia son el psicológico, el financiero y la vulneración de derechos . El primero abunda porque puede darse por sí solo o acompañado de otros abusos, como el físico. Es de los más difíciles de detectar , sobre todo en personas mayores, porque sus signos pueden confundirse con síntomas de patologías típicas de la edad como la depresión o el deterioro cognitivo . El maltrato económico o financiero suele estar vinculado al cobro de la pensión oa la propiedad de un inmueble . Según los datos oficiales, el 90% de las personas mayores de 65 años tienen un piso en propiedad y casi todas tienen un ingreso que, por pequeño que sea, es fijo. “Esto las convierte en un objetivo principal para gente que quiere aprovecharse”, explica Muñoz. Por último, en la categoría de vulneración de derechos encontramos comportamientos como el control y la infantilización . Un ejemplo de abuso habitual que suele pasar desapercibido y que tiene que ver con estas categorías es el control económico que ejercen los hijos sobre sus padres cuando no les dejan disponer libremente de su dinero. Aunque a veces se hace con buena intención, denota un despreciamiento de la persona, puesto que no se la cree capaz de gestionarse sola.

Abandono y negligencia

El abandono y la negligencia son otras dos formas de maltrato que están creciendo y que se producen cuando el entorno de la persona no le proporciona el apoyo que necesita, poniendo en riesgo su bienestar. Según Muñoz la alta incidencia se explica por la falta de recursos para atender a las personas en situación de dependencia que desemboca en que sea la familia quien acabe asumiendo las tareas de cuidado. El estrés que esto comporta y la falta de conocimiento experto provoca que éstas se puedan realizar de forma incorrecta y llegar a cometer negligencias, aunque sean involuntarias o inconscientes. También son comunes los casos de cuidadores o cuidadoras a domicilio que no tienen ningún tipo de capacitación y que realizan prácticas inadecuadas, por lo que es importante que se verifique la calificación profesional de la persona antes de contratarla. En relación con esta cuestión, cabe decir que una parte importante de los maltratadores son personas del entorno familiar de la víctima y cuidadores y cuidadoras no profesionales .

Cómo detectar una situación de maltrato

La invisibilización es uno de los principales problemas a los que nos enfrentamos a la hora de abordar el maltrato a las personas mayores. Normalmente, se produce en un entorno cerrado como el hogar y esto dificulta su detección. De hecho, según la Organización Mundial de la Salud sólo 1 de cada 24 casos sale a la luz . Sin embargo, cualquier persona es susceptible de identificarlos , desde familiares y amistades de la víctima hasta vecinos y tenderos. En este sentido, apunta Muñoz, la comunidad es fundamental . Por eso, algo tan sencillo como tener un grupo de whatsapp con los vecinos para mantener el contacto, puede marcar la diferencia. Cualquier cambio de comportamiento o actitud en una persona mayor debe hacernos sospechar. Que esté más temerosa o triste, puede indicar que le está pasando algo y no se atreve a contarlo. Otro signo sería que la persona deja de acudir al centro de salud u otros recursos que frecuentaba. También puede suceder lo contrario, que solicite reiteradamente determinados servicios y, por ejemplo, acuda mucho al médico. Si de repente alguien nuevo entra en la vida de la persona mayor, también debemos estar alerta. Evidentemente, estos cambios de conducta no implicarán siempre que haya un maltrato, pero ante la duda, siempre es mejor actuar .

Cómo actuar ante una situación de maltrato

Cuando exista la sospecha de que una persona pueda estar en una situación de abuso o nos encontramos nosotros mismos, lo más importante será levantar la voz y actuar con celeridad . La detección precoz es clave porque, como dice Muñoz, “al igual que una enfermedad, si la coges a tiempo es más fácil hacerle frente”. A veces, esto cuesta porque existe una tendencia a no querer intervenir en asuntos que consideramos privados. Muñoz explica que es necesario librarse de esta idea y pensar que, como la violencia machista o racista, el maltrato a las personas mayores es un problema social . Así, habrá que poner en alerta a los profesionales , que tanto pueden ser de servicios sociales y de salud, como de centros residenciales, casales, centros cívicos o de los cuerpos de seguridad. Cabe remarcar que los Mossos d’Esquadra cuentan con grupos de atención a la víctima dedicados a atender a cualquier persona que sufra violencia doméstica o comunitaria. Además, debemos tener claro que activar la ayuda profesional siempre será positivo, puesto que aunque no haya maltrato, es probable que la persona tenga necesidades de apoyo y, de este modo, se podrá tratar su caso . Paralelamente, si detectamos signos de maltrato en alguien de nuestro entorno también es recomendable acercarse y hablar . Es posible que no nos explique qué está pasado porque a menudo se oculta por miedo o vergüenza, pero esto le ayudará a saber que no está sola y que puede recibir ayuda.

Concienciación y protección

En la mayoría de los casos, las personas mayores tienen una dependencia emocional y funcional de la persona que las maltrata y esto hace que tengan mucha reticencia a denunciar. Otras veces, viven una situación de maltrato y no se dan cuenta porque lo han normalizado. Esto se debe, en gran parte, a los estereotipos negativos que existen sobre las personas mayores, que ellas mismas han interiorizado. Para combatirlos, según Muñoz, hace falta mucha pedagogía y concienciación: «Es necesario que las personas mayores sepan que son importantes, que tienen derecho a tener una vida digna hasta el final». Así, realizar campañas de buen trato y prevención e informar a las personas mayores sobre qué es el maltrato y qué recursos tienen a su alcance resulta clave. En Cataluña existen tres equipos especializados en este colectivo. También existen instrumentos jurídicos de protección que pueden reducir la posibilidad de sufrir ciertos abusos. La autotutela, los poderes preventivos, las voluntades anticipadas e, incluso, el testamento, son documentos legales que prevalecerán nuestras decisiones e intereses.

Prevenir y erradicar el maltrato a las personas mayores es responsabilidad de toda la sociedad. Desde el Grupo Mutuam nos hemos adherido al manifiesto del Movimiento para detener el maltrato a las personas mayores y queremos reiterar la importancia de proteger y respetar sus derechos y promover una cultura de respeto y dignidad hacia ellas.

Jordi Muñoz es abogado y presidente de la asociación EIMA para la investigación del maltrato a personas mayores.

El cuidado de las personas mayores en verano: servicios y soluciones para unas vacaciones tranquilas

La cura de persones grans a l’estiu: vacances amb gent gran

Cuidar a las personas mayores de nuestra familia es una tarea que requiere dedicación durante todo el año . Sin embargo, determinadas épocas presentan retos específicos a abordar. Es el caso del verano cuando la llegada de las deseadas y esperadas vacaciones puede suponer también un esfuerzo de planificación extra para muchas familias. Por suerte, cada vez existen más recursos que facilitan el cuidado de las personas mayores en verano y más soluciones para garantizar unas vacaciones accesibles para todos.

Así, si ahora que se acerca el verano, se pregunte cómo puede seguir proporcionando la mejor atención a sus padres, madres, abuelos o abuelas durante las vacaciones, debe saber que hay varias opciones a su alcance. Dependiendo de la situación familiar en la que se encuentre, si se va de vacaciones, puede optar por estancias temporales en apartamentos con servicios o en residencias para personas mayores. También puede decantarse por contratar a un cuidador o cuidadora a domicilio .

Por otra parte, si el estado de salud de la persona mayor lo permite, podemos viajar en familia para disfrutar del verano todos juntos. En este caso, deberemos tener en cuenta algunas recomendaciones para seguir velando por su salud y su bienestar fuera del domicilio habitual . Hablamos a continuación.

De vacaciones con personas mayores: ¿qué no puede faltar en la maleta?

La época estival es un buen momento para que abuelos y abuelas pasen tiempo de calidad con su familia y disfruten de su compañía. Así, es posible que, si dispone de una segunda residencia, tenga pensado ir a pasar unos días o, por otro lado, puede que se esté planteado alquilar un apartamento turístico. Antes de viajar con personas mayores , sin embargo, deberemos asegurarnos de que nos llevamos todo lo que podamos necesitar ante cualquier incidencia . En concreto, no podemos olvidar:

  • La tarjeta sanitaria .
  • La medicación habitual y el plan de administración.
  • Botiquín con lo indispensable para tratar afecciones o heridas leves típicas de la vida cotidiana: analgésicos, antitérmicos, producto para las quemaduras, producto para las picaduras, alcohol etílico, gasas estériles, tiritas, etc.
  • Dispositivo de teleasistencia móvil o pulsera de emergencia en caso de que se tenga (si procede, habrá que gestionar el cambio de domicilio con la central de alarmas).
  • Números de teléfono o direcciones de correo electrónico de contacto de los profesionales sanitarios de referencia: CAP, mutua sanitaria, etc.

Además, es aconsejable tener al alcance un tensiómetro . El calor afecta a la presión arterial y también lo hacen algunos medicamentos que suelen tomar las personas mayores. Por eso, en verano, aunque estemos de vacaciones, es especialmente recomendable medirla periódicamente para controlar cualquier anomalía.

En cuanto a los desplazamientos en coche , podemos utilizar algunos gadgets para hacerlos más cómodos . Algunos son muy fáciles de instalar, como un asidero o una almohada giratoria para facilitar entrar y salir del vehículo. Por su parte, las almohadas lumbares y cervicales ayudarán a evitar dolores musculares .

Vivienda adaptada para unas vacaciones accesibles

Si tenemos personas mayores o con movilidad reducida a nuestro cargo, lo más probable es que ya hayamos adaptado la vivienda a sus necesidades. Pero, ¿qué pasa cuando nos vamos de vacaciones? Aparte de tener en cuenta todas las pautas que hemos mencionado hasta ahora, a la hora de elegir un alojamiento para nuestras vacaciones en familia, debemos fijarnos en que esté adaptado para personas mayores o con movilidad reducida para garantizar, así, unas vacaciones accesibles para todos.

Por otra parte, si tenemos una segunda residencia donde ir a pasar las vacaciones, tendremos que adaptarla para que las personas mayores puedan disfrutar de una estancia cómoda y segura . No es necesario realizar grandes cambios ni reformas, sino que siguiendo unas sencillas recomendaciones podrá seguir cuidando a las personas mayores en verano en su casa de vacaciones:

  • Evita el uso de alfombras o moquetas desajustadas ya que es fácil tropezar con ellas.
  • Deja luces a pilas que brillen en la oscuridad para que se puedan detectar fácilmente de noche. También puedes poner luces LED con sensor de movimiento para que se enciendan automáticamente a nuestro paso. Todas estas luces son muy fáciles de instalar y no requieren el uso de ninguna herramienta.
  • Utiliza un organizador de cables para dejarlos bien recogidos y que no causen tropiezos.
  • No tengas objetos y muebles que dificulten el paso y puedan provocar caídas.
  • Deja todo aquello que la persona mayor pueda necesitar al alcance de la mano , especialmente los medicamentos y el botiquín.
  • En caso de que la vivienda disponga de varios niveles, sitúa la habitación de la persona en la planta baja .
  • El plato de ducha es preferible en la bañera. Tanto si tienes uno como otro, poner un asiento, adhesivos o alfombras antideslizantes y barras de sujeción . Estas últimas también deberían estar junto al inodoro.

El Servicio de Orientación Social de Mutuam, una ayuda de confianza para preparar las vacaciones con personas mayores

A lo largo de este artículo hemos visto algunos consejos a tener en cuenta a la hora de planear unas vacaciones en familia con personas mayores. También le hemos recomendado algunos artículos que vale la pena tener si desea que tanto el viaje como la estancia se adapten mejor a sus necesidades. Somos conscientes de que, en ocasiones, puede ser difícil elegir, entre toda la ayuda disponible, cuál es la más adecuada para nuestras circunstancias personales. Por todo ello, Mutuam ofrece el Servicio de Orientación Social , que proporciona asesoramiento y apoyo en relación a cualquier tema vinculado con el cuidado de las personas mayores o dependientes. Un equipo profesional especializado le atenderá, por teléfono o presencialmente , y resolverá las dudas que pueda tener sobre qué es lo mejor que puede hacer para su familiar.

El abanico de asuntos con los que pueden asistirle es amplio. En el caso de las vacaciones de verano, por ejemplo, le explicarán dónde encontrar un servicio de ayuda domiciliaria de calidad y confianza que sustituya de manera puntual lo que tiene habitualmente, o qué opciones tiene si tiene que viajar y no puede cuidar de su familiar mientras esté fuera. Así, si necesita un recurso residencial temporal o un cuidador o cuidadora por unos días de verano, le orientarán y le derivarán al servicio más adecuado, tanto si lo podemos proporcionar desde el Grupo Mutuam , como si es necesario ajeno.

El Servicio de Orientación Social también atenderá otras inquietudes que pueden aparecer ante una situación de fragilidad y le aportará tranquilidad y seguridad. Para acceder, sólo tiene que llamar y explicar su caso; el equipo le escuchará con empatía y le dará una respuesta a medida , poniendo a su alcance todos sus conocimientos sobre el mundo de la dependencia.

Contacta con el Servicio de Orientación Social del Grupo Mutuam , soluciones de confianza para la gente mayor. Contacto Servicio de Orientación Social 93 380 09 70

Estafas a las personas mayores: cómo reconocerlas y evitarlas

Persones grans i estafes

Cada vez hay más fraudes y estafas de los que cualquiera de nosotros puede ser víctima. Los estafadores están constantemente ideando nuevas formas de engañarnos y las nuevas tecnologías, que avanzan y cambian rápidamente, son sus grandes aliadas. Así, además de los fraudes clásicos, es necesario tener en cuenta delitos como el phishing o las estafas por Whatsapp. Desgraciadamente, las personas mayores suelen ser uno de los principales objetivos de los estafadores. Sin embargo, es fácil protegernos y evitar ser víctimas de estos delitos si sabemos en qué consisten.

En este artículo, te presentamos algunos consejos útiles para reconocer y prevenir las estafas y fraudes más comunes.

Qué es el phishing , una de las estafas por Internet más habituales

Hoy en día, muchos mayores están conectados a Internet y utilizan las redes sociales, el correo electrónico y otras aplicaciones. En este sentido, es importante tener muy presente que nunca debemos compartir información personal en Internet ni hacer clic en enlaces desconocidos. Esto evitará que caigamos en el phishing, una técnica que utilizan los ciberdelincuentes para robar nuestros datos y usarlos de forma malintencionada. Llegados a este punto, muchos os estaréis preguntando qué es el phishing y en qué consiste. Pues bien, este tipo de timo digital se basa en enviar correos electrónicos o mensajes de texto que parecen legítimos, pero están diseñados para obtener información personal valiosa, como contraseñas y números de tarjeta de crédito. Estos correos electrónicos o mensajes de textos a menudo suplantan la identidad de empresas u organismos públicos, como entidades bancarias, compañías de mensajería o Correos. A través de un enlace en el mensaje intentarán redirigirnos a una página web fraudulenta en la que nos pedirán introducir datos como el número de la tarjeta de crédito o el DNI.

Mantener la privacidad online para no caer en el phishing

Los sitios web de phishing suelen tener un aspecto similar a los legítimos; por ejemplo, incluyen el logo o la imagen de marca de la entidad. Pero, por otra parte, a veces contienen errores gramaticales o intentan transmitir urgencia y miedo para que el usuario realice las acciones que le piden y caiga en la estafa. Así que, si identificas alguno de estos elementos, debes sospechar que se trata de un intento de phishing. También es importante asegurarse de que la dirección web comienza con «https» y que la página tenga un candado de seguridad en la barra de direcciones.

A pesar de estas indicaciones, si lo que deseas es curarte en salud, es recomendable no introducir nunca ningún dato personal en un sitio web al que hayas accedido a través de un enlace recibido por email o SMS. Por lo general, ninguna compañía u organismo público te solicitará información personal o sensible a través de estos canales.

Saber identificar las estafas telefónicas

Los estafadores también utilizan las llamadas telefónicas para engañar a las personas mayores con el fin, sobre todo, de obtener información personal. En concreto, al igual que con el phishing, a menudo se hacen pasar por empleados de empresas o entidades legítimas.

Por ejemplo, nos pueden llamar simulando que son nuestra operadora de telefonía informándonos de una subida de las tarifas. Después de esta primera llamada, es probable que sintamos indignación y tengamos ganas de cambiarnos de compañía. El timador aprovechará para volver a llamar, esta vez haciéndose pasar por otra operadora que nos ofrece mejores condiciones. El objetivo es que se acepte esta supuesta oferta y conseguir nuestros datos personales y de pago para el nuevo contrato. Para evitarlo, debemos saber que las empresas telefónicas nunca nos llamarán para informarnos de una subida de precios, sino que lo harán por otras vías como comunicación adjunta a una de las facturas. Por otra parte, debemos tener en cuenta lo que hemos explicado antes: nunca debemos proporcionar nuestros datos por Internet o por teléfono.

Además de las compañías de telefonía, también es posible recibir llamadas falsas de otras empresas, como una entidad bancaria. Los estafadores pueden suplantar su identidad y pedir datos personales o bancarios bajo una gran variedad de excusas. Otra estafa telefónica común es la de la llamada perdida. Si ves que has recibido en tu teléfono fijo o móvil una llamada de un número desconocido o con un prefijo extraño, no devuelvas la llamada. Probablemente, se trate de un número internacional o de pago y lo acabes notando en la factura. Del mismo modo, si recibes una llamada y al contestar a nadie responde, cuelga inmediatament. Es posible que el estafador utilice tu número de teléfono para realizar alguna suscripción o pago.

Si te piden dinero, probablemente sea una estafa

Muchas veces las personas mayores son víctimas de estafas o fraudes en los que los delincuentes piden dinero haciéndose pasar por otra persona. Esta es, de hecho, una de las estafas por Whatsapp más habituales. Los estafadores se aprovechan de nuestra buena voluntad fingiendo ser un familiar, amigo o conocido que necesita ayuda financiera, a menudo para una emergencia.

Con el fin de prevenir estos fraudes, es vital no enviar dinero a personas que no conozcamos personalmente. Si alguien nos pide dinero por teléfono, mensaje de Whatsapp o correo electrónico, debemos verificar la autenticidad de la solicitud antes de hacer nada .

También se debe ir con mucho cuidado con las inversiones y las oportunidades de negocio, que pueden ser falsas. En este sentido, los estafadores pueden utilizar técnicas de persuasión, como presionar a la víctima para que tome decisiones rápidas, o prometer altos rendimientos en poco tiempo. En una situación como ésta, lo mejor es investigar y buscar información sobre la empresa o la oportunidad en Internet, así como comentar la situación con amigos o familiares antes de realizar ninguna inversión. No te dejes presionar por vendedores agresivos y, sobre todo, si parece demasiado bueno para ser real, probablemente se trate de una estafa.

Como veis, hay muchas clases de fraudes diferentes y eso que no hemos hablado de otras estafas clásicas como la falsa revisión del gas, la luz o el agua . Conocer todas las formas de fraude y engaño que existen puede parecer demasiado difícil e incluso puede agobiarnos. Pero, al final, lo realmente importante es tener presentes unos sencillos principios generales como los que hemos comentado en este artículo: no proporcionar datos personales ni realizar ningún pago si no tenemos la certeza de que el destinatario es de fiar.

Viajes y seniors: recomendaciones para vivir una experiencia inolvidable

Viatges i sèniors, recomanacions per a una experiència inoblidable

Descubrir el mundo es un gran placer que comparten personas de todas las edades. Sin embargo, con el tiempo, la forma de viajar, las preferencias y las necesidades cambian. Hacerse mayor no significa quedarse en casa ni dejar de hacer las cosas que gustan. Ya sea con escapadas de fin de semana, pequeñas excursiones o viajes más largos, viajar puede ser una experiencia inolvidable a cualquier edad. A continuación os compartimos una serie de recomendaciones para seniors inquietos que quieran continuar disfrutando de esta afición.

Propuestas suaves, inclusivas y personalizadas para seniors

En primer lugar, se aconseja participar en actividades con ritmos ligeros y adecuadas a las necesidades de los seniors. Es importante que las propuestas sean individualizadas, pensadas en los perfiles de las personas usuarias, y que combinen diversas temáticas : cultura, naturaleza y gastronomía.

Las predilecciones y las prioridades de las personas mayores deben ser la esencia de las actividades. En todo momento, deben tener sus gustos muy en cuenta y organizar los viajes en función de estos. De esta forma, se conseguirá una buena acogida y unos grados elevados de satisfacción.

Soporte constante y creación de vínculos

Del mismo modo, un punto clave es contar con personas de referencia que les acompañen y apoyen a lo largo de toda la experiencia. Desde el primer momento, las personas mayores deben sentirse acogidas y seguras. Así pues, es necesario potenciar una relación de proximidad y de confianza.

Asimismo, se aconseja apostar por propuestas que intenten promover la creación de vínculos entre las personas participantes. Construir a una pequeña familia viajera debe ser un motivo de peso para formar parte de las actividades programadas. A menudo, los seniors activos buscan planes para disfrutar de la oferta cultural y de ocio de sus respectivas ciudades y pueblos, pero a la vez buscan relacionarse con el entorno, conocer personas nuevas, interactuar, compartir, hablar y huir de la soledad. Las escapadas o excursiones en grupo son excelentes para ese propósito.

Planificación al por menor y seguridad

También, se recomienda que exista una programación detallada de todas las actividades previstas, así como que éstas se adecuen a la estacionalidad ya las condiciones meteorológicas del momento.

Por último, existe el hecho de proporcionar consejos y asesoramiento con los preparativos del viaje, como, por ejemplo, el tipo de equipaje, la ropa, el clima, los horarios o las comidas. En esta línea, durante los viajes, es necesario tener especialmente a mano los seguros de salud y de cancelaciones.

Mutuam Activa, viajes a medida para seniors

Por todo ello, los viajes organizados son una gran opción para las personas mayores. En este sentido, antes de contratar una escapada o salida es importante saber que la entidad que la ofrece es de confianza y que tiene una trayectoria detrás que le avala.

Mutuam Activa, el servicio de viajes, ocio y ocio del Grupo Mutuam, surgió hace cerca de treinta años con la voluntad de fomentar el envejecimiento activo y la socialización de las personas mayores activas para mejorar su bienestar físico, psíquico y cognitivo. Después de tantos años, conoce muy bien cómo viajar por el mundo con personas senior y, cada trimestre, unas trescientas personas participan en las diversas actividades que organiza. En concreto, se programan ocho o diez propuestas trimestrales, como matinales por la ciudad de Barcelona, excursiones de un día por Cataluña y viajes nacionales e internacionales de tres a seis días por el Estado y Europa.

Escapadas a La Rioja y Tirol, excursiones a la Cerdanya o salidas para descubrir lugares de Barcelona como el Jardín Botánico o el barrio del Guinardó son algunas de las próximas propuestas de Mutuam Activa.

Habitualmente, las actividades cuentan con el acompañamiento de la persona responsable del servicio Mutuam Activa, un guía de la agencia de viajes y, en algunas ocasiones, también de un guía local. El objetivo de la exitosa iniciativa es que la persona se olvide de planificar y organizar y se centre en disfrutar de la experiencia.

Si quieres disponer de una programación de actividades adecuada a la edad senior para disfrutar de tu tiempo libre con todas las comodidades y atenciones, debes conocer la propuesta de Mutuam Activa, un servicio experto en ocio y ocio cultural para personas mayores activa. Descubre la programación de viajes y salidas para esta primavera aquí .